Cómo combatir el olor de pies |
Nuestros pies poseen como media cerca de 250.000 glándulas que secretan sudor. El exceso de sudor unido a una higiene inadecuada son los factores principales que provoca el mal olor en los pies. Seguir ciertas medidas básicas para mejorar la transpiración te ayudarán a evitar este problema. Si aun así no lo consigues, quizás deberías consultar con tu médico.
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1. A qué se debe el olor de pies 2. Cómo debemos cuidar de los pies |
1. A qué se debe el olor de pies |
No obstante, el sudor de las glándulas sudoríparas ecrinas(que son las que reaccionan al exceso de calor) es incoloro e inodoro (no huele) porque se compone en un 99 por ciento de agua, pero si se descompone, bien como consecuencia de la falta de aseo, bien como resultado de la acción de las bacterias (unas veces normales, otras patológicas) que tenemos en la piel, entonces sí que puede producir mal olor. Es recomendable que una persona que tiene problemas de sudoración y de olor de pies acuda al médico o especialista, porque a veces la sudoración es consecuencia de problemas endocrinos, de trastornos nerviosos, de la toma de medicamentos? y entonces es aconsejable que el especialista descarte alguna causa que produzcan esa sudoración. Lo primero es instaurar un tratamiento convencional basado en cuidados higiénicos y empleo de productos antisudorales y si después de un mes o mes y medio llevando a cabo estos cuidados no se consigue mejorar la situación convendría consultar al especialista. Se deben tener en cuenta la mayoría de los antitranspirantes o antisudorantes que hay en el mercado. Estos productos incorporan una sal que suele ser de aluminio para inhibir la sudoración, pero también tienen un componente antibacteriano. O sea, que luchan ante los dos factores causantes de la producción del sudor. |
2. Cómo debemos cuidar de los pies |
-Lavarlos una vez al día, salvo que se haga deporte, esfuerzo físico o que se ensucien de algún modo, en cuyo caso habría que lavarlos después de la actividad. Pero en circunstancias normales con una vez al día es suficiente. Se deben remojar bien y utilizar un jabón con un componente antiséptico (la mayoría de los que existen en el mercado ya lo contienen). Tenemos que enjuagarlos bien y secarlos adecuadamente con una toalla, no con secadores como algunas personas hacen. Es importante insistir entre los dedos, que suelen olvidarse lo que favorece que se cree una superficie húmeda, caliente, con poca ventilación, convirtiéndose en un terreno apropiado para el contagio por hongos. -Las personas ancianas deben espolvorear el pie. Utilizar una hidratante y quizá talco líquido para que el pie esté suave y se puedan evitar, de este modo, los roces. También algunos enfermos, como por ejemplo los diabéticos o aquellos con problemas neurológicos, tienen una mayor propensión a la sudoración y a padecer infecciones bacterianas. -Tener en cuenta el calzado que debe ir amoldado, que encaje bien, para evitar roces. Y, sobre todo, utilizar un calzado que permita que el pie transpire porque, principalmente las personas jóvenes suelen utilizar zapatos deportivos de mala calidad que no permiten eliminar suficientemente la sudoración y eso sí que produce un olor bastante desagradable a la hora de quitarlos. Hay que evitar materiales como la goma o el plástico que no permiten la transpiración. La fibra de los calcetines también es un factor que influye. Se recomienda utilizarlos de algodón. - Uso de desodorantes para el calzado. Estos productos están desarrollados con partículas de carbono que son un buen desodorante. De hecho, los profesionales médicos tratamos las úlceras que huelen mal con unos apósitos de carbono porque eliminan muy bien el olor y tienen una acción antibacteriana muy importante. Y lo mismo que tenemos bacterias en los pies, si el zapato está húmedo también pueden tener bacterias que acaban descomponiendo el sudor y que produzcan olor. Estos productos actúan capturando las partículas malolientes, ya que están desarrollados con una especie de sustancias que absorben los malos olores. - Elegir el jabón adecuado. Los jabones de la piel tienen que ser ácidos porque el pH de nuestra piel es ácido, entre 3,5 y 5, entonces los jabones tienen que ser de características ácidas. Es común utilizar jabones caseros, pero estos jabones son alcalinos. Si los empleamos una vez no pasa nada, pero el lavado reiterado con ello supone una agresión importante sobre la piel. La mayoría de los jabones del mercado tienen estas propiedades, pero cualquier jabón que se precie y esté bien formulado informa del pH que tiene en su etiqueta, solo tenemos que saber qué compramos. - Las uñas, las grandes olvidadas. La higiene de las uñas también es muy importante porque pueden ser un foco de acumulación de bacterias que favorezcan el mal olor de pies. Es aconsejable tenerlas bien cortadas, evitando que queden picos. Hay que hidratarlas, que es un paso que suele olvidarse y limpiarlas cuidadosamente pero sin forzar. |
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