sábado, 11 de junio de 2011

Vida Sana: ¿Comemos igual que en el pasado?: nuevas tendencias alimentarias


Vuelven las latas y conservas caseras

La seguridad alimentaria, el regreso del valor de lo casero y auténtico y un mayor conocimiento y control de los productos motivan que costumbres que parecían perdidas y se rechazaron por añejas se reintroduzcan en los modos del siglo XXI. Conservar alimentos de manera casera se afianza como una práctica aplaudida e imitada. Para hacerlo bien, se deben conocer lasclaves de las conservas, la técnica del baño María, la elección de las tapas y cumplir unas indicaciones generales para evitar cualquier riesgo detoxiinfección alimentaria.

El varón se pone el delantal

La alimentación familiar ya no es en exclusiva responsabilidad femenina, al menos así lo sugieren las nuevas tendencias. Si bien el varón ocupó el espacio del cocinero profesional que abandonó la mujer en el siglo anterior, en este entra con fuerza en las preparaciones alimentarias domésticas. Las cocineras rechazaron el oficio porque, según describió el director y guionista de cine Joaquín Oristrell en Dieta Mediterránea, "necesitaban huir de la cocina para reivindicar su espacio en la sociedad". Ahora el hombre entra en los fogones familiares porque en ellos también encuentra su espacio social. Las familias del siglo XXI son tan diversas, que los roles y las funciones domésticas no se discriminan por género.

Lo local y lo auténtico cobra valor

El término local alcanza en su concepción un grado más allá que la mera definición geográfica. Incluye independencia, autenticidad y equilibrio. Por eso, esta década aupará a las personas emprendedoras y premiará productos sencillos, sin estridencias. Esta tendencia está en consonancia con la corriente Slow food, pero no se reduce a ella. El término "local" alude a Bio, incluye la ganadería y agricultura biológica y, con ellas, los alimentos ecológicos.

La información nutricional y energética es básica

Las campañas contra la obesidad infantil y la adulta, las alertas por las consecuencias mortales de una mala alimentación y la necesidad de dietas sanas y equilibradas han evidenciado que el consumidor necesita información sobre el valor energético y nutricional, que le permita evitarcometer errores y le ayude a contar calorías con facilidad. En los próximos años, van a proliferar los restaurantes saludables, dirigidos por cocineros-dietistas o formados para "difundir la alimentación saludable", tal y como apunta Joxe Maria Aizega, director de la Fundación Basque Culinary Center (BCulinary), que cuenta con una Facultad de Ciencias Gastronómicas y un Centro de Investigación e Innovación en Alimentación y Gastronomía.

La alimentación: muy interesante para las nuevas tecnologías

Dónde comer, dónde comprar alimentos, dónde encontrar los mejores mercados. Descubrir lo último en cocina exótica o el local que sirve unadieta libre de grasas trans y cocina recetas sin gluten. Ya es posible obtener esta información a la carta en el móvil de manera inmediata y será más sencillo aún. Los próximos años proliferarán las aplicaciones especializadas que responderán a demandas muy concretas sobre tipo de productos y su origen, dónde comprar los ingredientes para las recetas que se seleccionan, un cálculo inmediato de calorías del plato que se cocina, etc. La búsqueda de recetas y el asesoramiento de menús en los soportes digitales es un hecho, pero este hábito se ampliará a todo lo relativo a la alimentación.

Los detalles marcarán la diferencia

En coherencia con la demanda de información del consumidor y con las herramientas que permiten la inmediatez y la atención a demanda, el acercamiento al cliente marcará la diferencia. La mentalidad corporativa será una suma de detalles. Se escucha la voz del consumidor y se atiende a su solicitud, ya que es una reclamación fundamentada que ayuda a mejorar a quien la atiende.

La compra fresca se hará a diario

El regreso a lo auténtico y a pautar el tiempo en beneficio propio ha conducido a la crisis de las prisas y a los logros mayúsculos, como valorar la alimentación como eje de la salud. Esto se traduce en la alimentación como un redescubrimiento de viejos oficios y viejas costumbres. Comprar la carne fresca al carnicero del barrio, el pan auténtico elaborado con levadura madre y charlar con el hortelano mientras se adquieren las verduras conformará la imagen idílica. Vuelve el tiempo de los alimentos de temporada.

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