viernes, 30 de mayo de 2008

Y seguimos en la farandula de las equivocaciones

Las mentiras tienen patas cortas, dice el refrán. Esto viene a cuento de la "avivada" o la "torpeza" de algunos funcionarios municipales que se salen de la vaina por ser opositores, y montarse en la ola de críticas que el sector agropecuario ha lanzado contra el gobierno nacional por el aumento de las retenciones. El mazazo vino de parte de la administración Scioli que con los números en la mano indica que el "pueblo" recibió ya 7 millones más de pesos que en el 2007. He aqui la noticia:

El subsecretario de Asuntos Municipales de la Jefatura de Gabinete y Gobierno, Alejandro Arlía, aseguró que en Tandil, las transferencias de fondos en la primera mitad del año por parte de la Provincia alcanzaron unos $ 3,7 millones de pesos más de los que dispuso la comuna en el mismo periodo de 2007. El subsecretario de Alberto Pérez, añadió que “los intendentes que dicen recibir menos recursos que en años anteriores, están mal asesorados porque en lo que va del año la provincia de Buenos Aires transfirió al menos un 30 % más de dinero en relación con 2007 a cada distrito”. Sólo en los casos de impuestos descentralizados (bajo administración municipal) se observa una caída del 6 %, compensada por el crecimiento de la coparticipación de la Provincia del 34 %; de los fondos destinados a atender programas sociales y de saneamiento ambiental del 12 % y de las remesas por Juegos de Azar del 26 %. Por otro lado, en el caso de Saladillo, las transferencias de fondos provinciales a ese municipio durante el primer cuatrimestre de 2008 aumentaron en $ 1.123.488 respecto del mismo periodo del año anterior. La Provincia giró un total de $ 4.948.262 lo que implica un crecimiento en los recursos transferidos del 29 % más. En el caso del municipio de Pergamino, la intendencia recibió un 35 % más de coparticipación en comparación al período de enero y abril del 2007. Pasando de $ 4.586.373 pesos a $ 6.204.832 en el mismo período de 2008.(fuente: La voz de Tandil) Lamentamos que el lord mayor de Tandil no conozca los ingresos que tiene el municipio a la fecha y las diferencias con lo recibido en 2007. "Un lapsus" en su inconciente o un deseo íntimo de victimizarse una vez más. Esperemos que puedan superar ese "sindrome" que carcome al radicalismo de desear su propio fracaso. Necesitamos forjar una democracia con partidos políticos que puedan alternarse en la gestión de la cosa pública. Asi funcionan las democracias mas avanzadas en el mundo. Leer desmentida de Lunghi en El Eco de Tandil: eleco.com.ar/index.php?action=detalle&modul=noticias&id_noticia=859

jueves, 29 de mayo de 2008

Historia de dos ciudades.

Un viajero que se aproximaba a una gran ciudad le preguntó a una mujer que se encontraba a un lado del camino:

¿Cómo es la gente de esta ciudad?

¿Cómo era la gente del lugar de donde vienes? - Le inquirió ella a su vez.

Terrible - Respondió el viajero. – Mezquina. No se puede confiar en ella. Detestable en todo los sentidos.

- ¡Ah!- , Exclamó la mujer. – Encontrarás lo mismo en la ciudad a donde te diriges -.

Apenas había partido el primer viajero cuando otro se detuvo y también preguntó acerca de la gente que habitaba en la ciudad cercana. De nuevo la mujer le preguntó al viajero por la gente de la ciudad de donde provenía.

-Era gente maravillosa; honesta, trabajadora y extremadamente generosa. Lamento haber tenido que partir”- Declaró el segundo viajero.

La sabia mujer le respondió: - Lo mismo hallarás en la Ciudad adonde te diriges.

En ocasiones no vemos las cosas como son, las vemos como somos…

domingo, 25 de mayo de 2008

Evita y el campo

evitacampo.jpg Siempre está. Esa es una de las gracias del mito de Evita, que se aparece en diferentes ámbitos y en casi todos los temas. Ocurre ahora, por ejemplo, con el tema del campo. Algunos dirán que ella poco tiene que ver con el tema agropecuario, aunque existe un antecedente claro y a su favor: durante varios años el Mercado de Liniers, el emblema de la argentina ganadera, se llamó “Mercado Eva Perón”.
Mientras escribía La vida de una vaca, el libro con la historia de La Negra, me pasé varios días en Liniers. Ahí es donde se fija el precio de la carne de los argentinos, y en 1951, al morir la esposa del entonces Presidente Perón, el Mercado pasó a llamarse oficialmente y con todos los honores "Mercado Eva Perón". El bautizo duró hasta 1955, aunque todavía quedan rasgos de su nombre: El mercado queda sobre la calle Eva Perón, antiguamente llamada calle Trabajo; y dentro del predio, uno de los atracaderos más importantes es el atracadero Eva Perón, con 16 muelles de descarga. -Evita fue muy importante para que todos los argentinos podamos comer carne- me dijo, en uno de esos recorridos, un cuidador de autos de casi 100 años y pocos dientes. Se le veía feliz, recordando esos años de Eva Perón en color blanco y negro, con un futuro lleno de esplendor para él y tantos jóvenes. En estos días de crisis, con el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner enfrentado a las principales cuatro entidades del campo, muchos se preguntan qué haría Evita frente al tema del campo. Ayer mismo, uno de los muchachos del café me lo preguntó: -¿Qué haría Evita con el tema del campo? Desde que dije que me declaro peronista de café de la calle Corrientes, muchos de los muchachos me preguntan directamente por lo que haría Evita frente a diferentes cuestiones. Algunas muy específicas, como ahora el tema del paro del campo. He tratado de informarme para dar respuestas. Una de las palabras que uno aprende rápido cuando se hace peronista es adoctrinamiento. Muchos la repiten, y varias veces. Por eso he buscado en libros, videos, revistas, y hasta leí un provocador artículos sobre la relación entre el peronismo y el campo. Sin embargo, y sabiendo que el tema es actual y candente y que merece una respuesta más amplia y de diferentes enfoques, creo que lo más fácil es lanzar la pregunta abiertamente. Para todos. Una consulta simple, para los pro y los anti peronistas: ¿Qué haría Evita frente al paro del campo?

sábado, 24 de mayo de 2008

A las nueve de la noche del 25 nacía la Primera Junta de Gobierno

El alcalde mayor hizo una seña y los miembros de la Junta se arrodillaron frente a la mesa municipal. Los Santos Evangelios estaban abiertos en el relato de San Lucas. Cornelio Saavedra puso la palma de su mano sobre ellos. Juan José Castelli apoyo la suya sobre uno de los hombros de Saavedra y Manuel Belgrano hizo lo mismo sobre el otro. El resto copió el gesto. Eran casi las 9 de la noche del viernes 25 de Mayo de 1810 y el Sí, juro de los nueve hombres entrelazados marcaba el final de cuatro días intensos. Cornelio Saavedra se levantó y la Junta ocupó los asientos bajo el dosel del salón central del segundo piso del Cabildo. Después el comandante fue hasta el balcón. Abajo, en la Plaza, quedaba poca gente bajo la lluvia. Saavedra les habló para pedirles que mantuvieran orden, la unión y la fraternidad, y para que se respetara la figura del ex virrey Cisneros. Esa noche, los miembros de la Junta salieron juntos. Atravesaron la Plaza, pasaron por debajo de la Recova y los pasos firmes —que resonaron huecos en el barro— los llevaron hasta el Fuerte, desde donde iban a gobernar Buenos Aires y el resto del Virreinato hasta fines de 1810. Aquel día, el Cabildo había estado lleno desde temprano, a las 8 de las mañana. Los asistentes habían llegado para considerar la renuncia de la Junta nombrada el 23 de mayo, encabezada por el virrey Cisneros. Habían jurado a las 3 de la tarde del 24 y seis horas después, frente a la presión de los criollos, presentaban sus renuncias. En el salón del Cabildo, la postura del síndico procurador, Julián de Leiva, aún era inamovible: no aceptaba la renuncia de Cisneros y proponía autorizarlo a usar la fuerza para fusilar y dispersar al pueblo. Leiva se aferraba a una idea errónea: creía contar con el apoyo de Saavedra. A esa hora, la Plaza ya estaba ocupada. Pero la mayoría de las milicias estaba en los cuarteles, esperando noticias del Cabildo. Las novedades sobre la posición de Leiva llegaron pronto. Cuando se difundieron, un grupo encabezado por Feliciano Chiclana y Domingo French —que como todos los partidarios criollos estaban reunidos en la casa de Rodríguez Peña— salió hacia el Cabildo. En el impulso, todos llegaron hasta la galería de arriba. Fue el propio Leiva quien abrió la puerta del salón al escucharlos. "¿Qué es lo que ustedes quieren?", cuentan que dijo. "La deposición inmediata de Cisneros", le gritaron los criollos. Desde adentro pidieron que nombraran una comisión de representantes para explicar sus reclamos. Las crónicas de la época dicen que llevaban escritos los nombres para una nueva junta de gobierno. El Cabildo objetó la propuesta. Para eso se debía consultar al resto de los pueblos del Virreinato, se sostenía como argumento principal. La discusión se encendía y uno de los vecinos acaudalados, de apellido Anchorena, propuso citar a los comandantes de las milicias para opinar y votar. Los delegados de los criollos salieron para juntarse en la Fonda de las Naciones de la Vereda Ancha, una de las tantas del radio de la Plaza. El cielo estaba nublado y amenazaba con desarmarse en agua, como venía ocurriendo desde hacía días. Cuando los comandantes se reunieron, Leiva pidió apoyo para las autoridades elegidas el 23. El comandante Romero, un moderado que lideraba una milicia, contestó que no era posible sostener la elección del virrey como presidente de la Junta, que las tropas y el pueblo estaban indignados y que ellos no tenían autoridad para darle apoyo al Cabildo, porque sabían que no iban a ser obedecidos. Se animó a pronosticar que si el Cabildo insistía en lo resuelto no podrían evitar que la tropa llegara hasta la Plaza para imponer su posición. La gente había vuelto a tomar las galerías. Y Leiva le habló al resto de los cabildantes: "No hay más remedio que consentir", se le oyó decir. Martín Rodríguez salió al corredor y, a los gritos, contó a la gente que el virrey había quedado fuera del gobierno. Después corrió hasta la casa de Rodríguez Peña, donde estaban los líderes del movimiento criollo. Entonces Peña dijo que había que llevar la lista de la nueva Junta al Cabildo. Cuando Beruti y French entraron en el salón del edificio donde se seguía sesionando, los cabildantes ocupaban sus asientos detrás de la gran mesa que da a la puerta. Los patriotas se agruparon en la baranda que limitaba el recinto hacia el lado de afuera. La respuesta fue una exigencia: que expresaran por escrito la voluntad del pueblo. Al rato llegó una presentación con más de 400 firmas. Eran las 15.30 cuando Leiva puso el último obstáculo. Pidió que el pueblo se congregara en la Plaza para que, al leer los nombres, los ratificaran. A las 4 de la tarde, Leiva salió al balcón. El resto de los cabildantes lo siguieron. Cuando miraron hacia la Plaza, el síndico, irónico, preguntó: "¿Dónde está el pueblo?". Abajo había poca gente. Y fue Beruti quien repitió que el pueblo en cuyo nombre hablaban estaba armado en los cuarteles y otra gran parte del vecindario esperaba en distintos lugares para ir. El griterío creció. Finalmente, Leiva en nombre del Cabildo, cedió. Y así se dieron por anulados los actos del día 23 y 24. El vozarrón de Martín Rodríguez se volvió a escuchar a las cuatro y media. Pero esta vez fue en el balcón, cuando leyó los nombres de la Junta de Gobierno que quedaba encargada provisoriamente de la autoridad de todo el Virreinato. La espera, luego, fue larga. Hasta que, cuando faltaban minutos para las 9 de la noche, el alcalde mayor abrió los Santos Evangelios. La nueva Junta entró por el centro del salón en medio de un gran silencio. El funcionario hizo una seña y se acercó a Saavedra con el libro abierto. Los nueve hombres se comprometieron a conservar esta parte de América para Fernando VII, el rey de España, prisionero de Napoleón. Afuera llovía. Y en la Plaza todavía quedaba gente. Fuentes: "Memorias curiosas", de Juan Manuel Beruti, Colección Memoria Argentina, Emecé, 2001. "La Gran Semana de 1810. Crónica de la Revolución de Mayo", de Vicente Fidel López. Imprenta y Librería de Mayo, 1896. Ver más: El Archivo de Mario Abait

miércoles, 21 de mayo de 2008

El 22 de Mayo: Se llama a Cabildo Abierto

A las nueve de la mañana del martes 22, unos 250 vecinos —entre ellos 70 funcionarios y sacerdotes, 25 abogados y profesionales, 59 comerciantes, 59 militares y 21 ciudadanos comunes— llegaron al Cabildo para debatir. ¿Debía caer el virrey Cisneros y nombrarse un nuevo gobierno, o no? De aquel debate histórico, la tradición oral reconstruyó sólo cinco discursos: los del obispo Benito de Lué, los abogados Castelli y Paso, el fiscal real Villota y el militar Pascual Huidobro. Como un ejemplo de dos pasiones opuestas, cabe recordar que el obispo Lué sentenció que "aun cuando no quedase parte alguna de la España que no estuviese subyugada, los españoles que se encontraren en las Américas debían tomar y reasumir el mando de ellas". A eso contestó Castelli: "Es falso que el derecho de disponer de nuestra herencia, hoy que la Madre Patria ha sucumbido, pertenezca a los españoles de Europa y no a los americanos".

lunes, 19 de mayo de 2008

El 25 de Mayo de 1810: días cruciales en nuestra historia

Lunes 21 de mayo de 1810: La Plaza se llena de chisperos Cuenta el historiador Vicente Fidel López, en sus crónicas de la Revolución, que el lunes 21 de mayo de 1810 las calles del centro y la Plaza estaban "llenas de chisperos". Era gente armada con pistolas y sables, que vigilaban el Fuerte y luego iban decididamente al Cabildo. "El torrente de gentes se dirigió a las escaleras del Cabildo encabezadas por Manuel Belgrano, Martín Rodríguez, Domingo French y Antonio Beruti. Al oír el tumulto, abrió las puertas del salón el síndico Julián de Leiva. Les rogó que se apaciguasen y les preguntó lo que querían. Tomó la palabra Belgrano y le dijo que el pueblo quería saber si se hacía o no Cabildo Abierto. Señores, contestó el síndico, el señor virrey está inclinado a que se haga." Así fue que el virrey Cisneros convocó a unos 450 vecinos "de distinción" para el Cabildo Abierto del 22. Debían acreditarse por medio de una esquela, que sería controlada al entrar en la Plaza.

Martín Caparrós, desde Etiopía

Para destresarnos del conflicto agrario, les propongo un viaje con Martín Caparrós a Etiopía.
No hay nada peor, en estos días de viajes y trabajo, que la cena. En general ceno solo; hay muy pocos restoranes donde la luz me permite leer, y entonces pienso y pienso. Estas cenas son un exceso de relación conmigo mismo, y eso nunca es bueno. Pero hoy es mi primera cena en un restorán de comida etíope. No fue fácil encontrar comida etíope: los restaurantes para blancos ofrecen pizza, pasta, hamburguesas, curry de cordero o pato pekinés. Aquí no hay un turismo que le dé importancia a lo local, y los locales nunca se la dan. Lo mismo pasaba en la Argentina preturística: recuerdo las vueltas que tuve que dar, hace veinte años, por La Quiaca para –no– comer un locro. Ahora la patria turistizada rebosa de comidas típicas; Addis también, pero sólo para los locales. Hasta que encontré el Carnivore y pude pedir, por fin, una buena inyera. La inyera es un ancestro de la pizza: una enorme base chata de masa esponjosa con color y forma de mondongo –esas rugosidades de coral cerebro– sobre la que se ponen guisos de vaca, pollo, cordero, verduras, llenos de salsas donde hay, sin duda, tomate, cebolla, cardamomo, canela y tantas otras cosas que no entiendo. Y el mecanismo consiste en cortar con la mano derecha tiritas de ese pan y usarlas para agarrar bocados de los guisos. Todo es picante, todo mancha, todo se me escurre: el placer de comer con los dedos. La escena es medieval: así comían los ricos europeos hasta el Renacimiento: con la mano, apoyando las viandas en un trozo de pan que, al final, les daba todos los gustos. Una vez más, Etiopía demuestra su eficacia como espacio donde se conservan rasgos de otros tiempos: el non plus ultra del viajero. Lo disfruto, lo escribo, hasta que, para confirmar la idea, se corta la luz: en la penumbra, todos en el restaurante –salvo dos chicos llorones– siguen comiendo como si no pasara nada. Después una camarera me trae media vela pegada sobre un cartón de invitación a la Feria Internacional del Automóvil, que se celebra en la ciudad en estas fechas, y puedo terminar de escribir estas palabras, y zamparme los últimos trozos del inyera. Impresiones de äfrica anteriores: Calles (18/05/2008) Tiempos (17/05/2008) (leer más en: Crítica Digital )

sábado, 17 de mayo de 2008

Ahora la discusión

es política

Escribe

Héctor Silva

Las ultimas encuestas realizadas indican que un altísimo porcentaje de argentinos demuestran estar hastiados del conflicto agropecuario y espera que esto termine de una vez.

Da toda la sensación que el gobierno, en particular el matrimonio Kirchner, ha tenido mayor capacidad de percepción para medir el humor social. Están acostumbrados a esto, tienen oficio. Nadie supone que la población le tomó antipatía a los productores pero hay síntomas claros de fatiga. Es por eso que aparecen los modos conciliadores y desde Cristina hasta Moyano deciden adoptar un tono sereno en sus palabras e invitar a los productores a volver a dialogar. El campo respondió con una negativa, no porque sus dirigentes institucionales lo hubieran querido, sino porque el peso de De Angeli y las bases se impone. El gobierno recuperó oxigeno. La presidenta se fue a Lima y el resto va a mantener silencio mientras dure el paro agropecuario de estos días. Los ruralistas hicieron denodados esfuerzos para achicar la brecha social entre ellos y aquellos que no pertenecen al “sector”. Hasta contrataron especialistas en comunicación. ¿Cómo le llegamos a la gente?. En algún punto comenzaron a cosechar simpatías pero hoy están a punto de perderlas y quedarse aislados. Queda la mas absoluta sensación que este conflicto ha dejado de sustentarse en el debate técnico para dar protagonismo absoluto a la discusión política y en ese terreno fangoso, los Kirchner saben manejarse mucho mejor que los ruralistas.

miércoles, 14 de mayo de 2008

UN MENSAJE CLARO
No necesita traducción. Por más que la bota dibujada pretenda ser de un “chacarero”. Por ello, no hace falta abundar. Sí, repudiar la actitud de quien sobre su Rastrojero Diesel dominio TUS 036 colocó esta leyenda. Estacionando frente a la Iglesia Nuestra Señora de la Asunción, su propietario participó de la manifestación de anoche en la plaza principal y, luego, se sumó a la caravana con el cartel en su mano fuera de la ventanilla. Claro, hay quienes dicen “qué querés, es `Pancho´ Almada, es inimputable”. Mejor, las cosas por su nombre: “es golpista y acérrimo defensor de las dictaduras militares”. Por ello, nuestro más absoluto repudio. Alguien tomará debida nota del mensaje. Clarísimo.(Fuente: La Síntesis de Saladillo) Nota: En estos dos meses de locura que ha vivído la Argentina, nos van quedando claro los distintos intereses que se esconden detrás del lock out de los patrones del campo. Esta noticia que hoy sale publicada en el Portal de Saladillo es una muestra de los distintos hechos que se van sucediendo a lo largo de las rutas, pueblos y ciudades del país.

domingo, 11 de mayo de 2008

LA CUESTION DE "LA ESCARAPELA"

Hace algunos días, preocupados por una consigna que lanzaron los dirigentes del campo, los JÓVENES CACHARIENSES envíamos un correo electrónico a todos nuestros lectores dejándo en clara nuestra perocupación sobre esta consigna de la dirigencia rural (Foto izquierda).
Días pasados, fue leída en el programa radial del Sr. Victor Hugo Morales una carta abierta que se refería a este tema y es nuestra intención ponerla a consideración de nuestros lectores.
A La derecha les dejamos la consigna que nosotros lanzamos para "que nadie se adueñe de lo que es de todos!". Así que si querés "Ponéte la escarapela y no les des el gusto".
"Todos somos el Campo. Ponete la escarapela por el país. Ponete la escarapela por el Campo." Por Orlando Barone (*)
Cuando los dirigentes de la negociación leyeron esta proclama sentí que el país era demasiado para caber en esas cuatro caras. Darse cuerda patriótica sin autorización de la patria es una grosería cívica. No sé qué pensarían French y Beruti de esta arrogancia de un sector económico que pretende que su negocio es tan argentino que se merece la escarapela. En aquel 25 de mayo de 1810 ese símbolo impovisado de dos cintitas celeste y blanca, se asumió como identidad nacional frente a la del poder de la corona.
A mí me sorprende que ahora, por un tema de "retenciones", por una trama de intereses y de ganancia, un grupo de la sociedad argentina se apropie simbólicamente de la argentinidad. Y lo haga para enfrentar al gobierno nacional como si se tratara de un Estado enemigo. No se deliren. Tómense un mate.
La sola idea de que la escarapela argentina sea invocada en la reyerta impositiva es de tal despropósito intelectual que invalida razones. La escarapelización, como decoración de la puesta en escena, no convierte por arte de magia la resistencia empresarial en una patriada gauchesca.
No se puede banalizar un símbolo para lucir mejor ante la televisión y los medios. Está bien que las cámaras aticen el histrionismo hasta del agricultor más inexpresivo, pero quienes están en las rutas no son los gauchos de Güemes ni las montoneras de Felipe Varela o de Pancho Ramírez. Además, casi todos aquellos caudillos eran terratenientes.
El Gobierno debería descender de las nubes o de los cerros de Ubeda. Salir del soliloquio que onaniza su discurso y aterrizar, aunque sea en Caballito. Pero los del agro bájense un rato del caballo. Exhiban en la televisión las escrituras de los terrenitos que poseen. Muéstrenles a los argentinos pobres el margen de ganancia que tienen. Declaren a los movileros cuántas hectáreas poseen sus chacritas y cuánto vale cada una.
Y si quieren ponerse una escarapela como grupo rebelde no usen la de Argentina. Pónganse una escarapela con una cabeza de novillo o con una plantita de soja.
(*) Carta abierta leída en Radio Continental, en el programa La Mañana conducido por Víctor Hugo Morales. Nota: Gracias a los Jovenes Cacharienses publicamos este post.

sábado, 10 de mayo de 2008

Anoche en Saladillo: La patota, disculpas y cacerolas (La Síntesis) – “Anoche, Alejandro D´Onofrio, uno de los productores que participaba de la asamblea en "La Totora", cuando la puerta se entreabrió, "manoteó" la cámara que llevaba Claudio "Batuque" Díaz, aún no se sabe por o para qué. Si la idea era que alguien no "viera" lo que estaba sucediendo, era tarde. La actitud, una grosería, para no abundar en adjetivos. Algo que demuestra algún grado de nerviosismo en medio del conflicto. Lo que no justifica actitudes patoteriles, de ninguna manera. No porque el afectado fuera un trabajador que representaba a un medio de comunicación local, en este caso, Canal 5, sino porque aquellos que hace varias semanas ocupan grandes y, por momentos, exagerados espacios, en los distintos canales de comunicación, deben mantener, al menos, la cordura y no faltarle el respeto a la comunidad, mucho menos amenazar. Esto ya fue dicho cuando fue denunciado el amedrentamiento al concejal del Frente para la Victoria, Miguel Nápoli. La dirigencia del campo, la de las cuatro entidades que varias veces dejó trascender su preocupación por los posibles cortes de ruta, ya que no estaban previstos en el anuncio que realizaron el miércoles, podrían también atribuir esta actitud de D´onofrio al malestar de "las bases". Y es que existe claro. Pero hay mucho más que analizar. El economista Fernando Krakowiak analiza que "los ruralistas afrontan una disyuntiva. Saben que el corte de ruta y el desabastecimiento los enfrentará con una porción de la población restándole legitimidad a la medida de fuerza, pero si no recurren a los bloqueos el riesgo es que el reclamo pierda fuerza y se vaya diluyendo. De hecho, algunos analistas aseguraron ayer que el impacto que podría generar el lockout sobre la recaudación fiscal no será significativo si se limita sólo a ocho días y la eventual presión sobre la cotización del dólar sería fácilmente controlable por el Banco Central. Durante los 21 días del primer lockout la falta de carne y el consecuente aumento de precios fue una de las causas que provocó mayor malestar en la población. La consultora Equis, por ejemplo, registró entonces aumentos de 178,8 por ciento en falda con hueso, 84,4 en cuadril, 21,5 en paleta y 12,5 por ciento en asado. Además, los cortes de rutas eliminan el riesgo eventual que les supondría a los productores tener que reconocer una baja adhesión a la protesta. Los bloqueos evitan que otros empresarios comercialicen mercadería, aunque estos sean más que los que se manifiestan en las rutas. De hecho, esa era una de las causas por las cuales muchos de los que hoy protagonizan o apoyan las cortes criticaban a los trabajadores piqueteros durante la década del 90 y el peor momento de la crisis posterior a la devaluación. "No dejan trabajar a la gente que quiere hacerlo", repetían por entonces. La dirigencia rural visualiza esa contradicción. Por eso buscará, en la medida de lo posible, que las demostraciones de fuerza se realicen con concentraciones masivas en los pueblos del interior y generando consenso entre dirigentes municipales y provinciales, para que éstos le metan presión al Gobierno nacional. El acto que mañana se va a realizar en la localidad chaqueña de Sáenz Peña es un ejemplo de las manifestaciones que se buscan generalizar en todo el país. Por su parte, el titular de Federación Agraria, Eduardo Buzzi, confirmó ayer que el lunes se reunirá con el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, para avanzar por la otra vía a la que apuesta el sector, para no tener que depender de los cortes de ruta. La estrategia de las entidades es plantear su reivindicación sectorial como una causa nacional que busca unir al pueblo en contra de un Gobierno que supuestamente sólo quiere acumular poder para administrar los asuntos públicos sin apelar al consenso. Por eso también agitan la consigna "todos somos el campo" y le piden a la población que se ponga la escarapela para apoyarlos. No obstante, saben que será más difícil sumar adhesiones si vuelven a vaciar las góndolas de carne, como plantea De Angeli". Las disculpas: Claro que la situación no podía quedar en una velada amenaza protagonizada por Alejandro D´onofrio y hubo quienes salieron a poner paños fríos a la situación, mientras José Benito Bustingorri, el presidente de la Sociedad Rural local dialogaba con Nelson Castro en su programa "El Juego limpio" en el canal de cable Todo Noticias. Guillermo Meyra, Jorge Sabbioni y Darío Maggi, entre otros, pidieron "perdón" en radio LVA, por lo sucedido e informaron sobre las decisiones de la asamblea realizada en "La Totora". Meyra dijo que "Quiero pedir disculpas por lo que paso fue una persona que se desubicó. No tiene autoridad. No podemos estar en todos lados. Yo estaba en la cabecera y cuando vi que le habían cerrado la puerta a los medios, me quise morir. Nunca tuvimos problemas con los medios. Me duele porque queremos hacer las cosas bien y te lo destrozan en diez minutos". (ver más en: carlos lance) Nota: Hay más información en : Desde el Morisco

viernes, 9 de mayo de 2008

Juan Pueblo se pregunta...

"Como para que no queden dudas de lo que pueden hacer cuando pisan las rutas, los manifestantes ruralistas desplegaron ayer en decenas de distritos de todo el país un abanico de protestas que incluyó el bloqueo del puerto de Ramallo, la decisión de no enviar los camiones de cereal de los campos a las empresas exportadoras para complicar la recaudación del Estado nacional, la presión directa sobre intendentes y gobernadores y el inicio de una “campaña de concientización” sobre automovilistas y ciudadanos de a pie para “explicar” por qué la imposición de las retenciones móviles a las exportaciones agrícolas “perjudica al país” " (leer más en: www.criticadigital.com.ar/index.php?secc=nota&nid=3609)
  • Bloqueos
  • Piquetes
  • Embargo de cereal
  • Apriete directo a Intendentes y Gobernadores
Juan Pueblo se pregunta: ¿ Este es el camino para peticionar a las autoridades? ¿ Es dañando los ingresos del país por exportaciones como legitiman sus reclamos ? ¿Quién pierde? ¿ El gobernante de turno o los millones de ciudadanos que no recibimos los servicios que el Estado debe prestar con esos ingresos ? ¿Este es el camino de ahora en adelante de los señores del sector agropecuario? Reproducimos las reflexiones del Senador Antonio Cafiero sobre este conflicto:

Bloquear las rutas, cortar absolutamente el paso de camiones (y hasta de ambulancias), ostentar armas y utilizar un lenguaje notoriamente agresivo constituyen actos completamente reñidos con los más elementales principios democráticos, que evocan un pasado “gorila” que creíamos definitivamente superado.

Algunos pretenden relativizar estos hechos afirmando que se trata de un método ya utilizado en el pasado por los piqueteros.

Tal vez no es ocioso recordar que no es comparable el reclamo por la creación de puestos de trabajo, mejorar los salarios o el acceso a superiores condiciones de vida con las demandas de sectores de medianos y altos ingresos que atraviesan un período de incuestionable prosperidad.

Pero además, nunca antes se había intentado un cerco de esta magnitud sobre millones de habitantes. Comparado con el reciente “apriete” de algunas organizaciones de productores agropecuarios, los piquetes fueron fiestas infantiles.

No veo que los sectores dirigentes señalen suficientemente este pésimo precedente para la calidad institucional de la democracia argentina.

El conflicto campo-ciudad es un clásico de nuestra historia política.

Pero, inversamente a lo que se ha afirmado en algunos espacios, no siempre los dueños de la tierra tuvieron posturas contrarias a los gobiernos nacionales: después de Caseros, la tan criticada política de Rosas de entregar tierras públicas a sus partidarios fue ampliamente superada.

Entre 1876 y 1898, nada menos que 41.787.000 hectáreas fueron repartidas, gratuitamente o casi gratuitamente, entre familias de abolengo y favoritos del gobierno. Nuestra evolución fue diferente, por ejemplo, de la de Estados Unidos, donde las tierras fueron entregadas en mayor proporción a colonos, lo que permitió una mayor división de la propiedad y el aumento de la productividad agro-ganadera.

Ello explica que aún hoy sólo haya 4000 dueños de casi la mitad de la superficie destinada a la producción agropecuaria en toda la Argentina.

La “representación de los hacendados” siempre fue desproporcionada en todos los gobiernos desde 1810 hasta 1946.

Es curioso que tantos historiadores hayan repudiado las ideas corporativistas de la primera mitad del siglo XX, pero hagan la vista gorda cuando se trata de la representación corporativa de muchos propietarios latifundistas, que por supuesto siempre profesaron mayoritariamente el credo liberal.

La llegada del peronismo introdujo un cambio fundamental en esta tendencia: no se interesó tanto por el reparto de la propiedad de la tierra, rehusándose a aceptar las inflamadas “reformas agrarias” que se proponían desde la izquierda, como por la distribución de las ganancias del agro.

Los antecedentes más relevantes fueron el congelamiento de los precios de los arrendamientos rurales y la creación del instituto que centralizó el comercio de granos, el IAPI, que suscitó entonces críticas muy similares a las que recibe la política del actual gobierno nacional.

De hecho, aún se recuerdan los ya clásicos planteos acerca de las “obras suntuosas” que habría construido el gobierno peronista con lo “extraído” a los productores rurales.

Lo cierto es que esta afirmación es sólo valedera para los años 1947 y 1948, en los que la situación excepcional del mercado internacional de la inmediata posguerra le permitió al IAPI obtener muy buenos precios, superiores a los que se pagaron en el mercado interno.

Las ganancias volvieron, sin embargo, y en buena medida, al campo, en forma de subsidios y compensaciones para el aumento de los salarios rurales, intereses y gastos sobre préstamos a cargo de productores rurales, luchas contra las plagas (durante el gobierno peronista se erradicó la langosta, una de las plagas más dañinas para el campo), fomento de la siembra y multiplicación de semillas, compensaciones a los productores de caña de azúcar, aceites, molinos harineros, etcétera.

Posteriormente, el IAPI arrojó pérdidas para poder sostener los precios de los productores rurales.

A partir de 1952 el gobierno peronista fomentó decididamente la cooperativización del comercio interno e internacional de granos, en sustitución del propio organismo estatal y de la red de intermediarios, que extraían mayores beneficios que los propios agricultores.

A pesar de todo, el sector de mayor riqueza agropecuaria fue siempre neoliberal y antiperonista.

Siendo ministro de Economía, recuerdo que en 1975 los ganaderos realizaron huelgas comerciales y hasta un largo lockout de 18 días, en el cual también se cortaron rutas, e incluso sacaron las vacas a la calle Florida para protestar por el precio de la carne.

Un comentarista de la época, Daniel Muchnik, afirmaba: “El agro era víctima y artífice de una ironía. Su protesta se manifestaba en un momento en el que el sector había logrado mejoras sustanciales”.

La legitimidad del paro fue defendida hasta por el propio jefe de bloque de diputados radicales.

Cuatro meses después, los militares derrocaban al gobierno constitucional.

Hoy han vuelto a la carga. Cegados por la buena prensa de ciertos argumentos absurdos, algunos sectores de la sociedad razonan como si el dinero público asignado a las políticas sociales sólo fuera un despilfarro demagógico de los gobernantes de turno.

Mientras, mantienen una verborrágica condena contra la pobreza y la desigualdad, una sólida disposición a denunciar las carencias de hospitales y escuelas y una agilidad envidiable para comparar desfavorablemente nuestros servicios con los de otros países donde la carga tributaria es proporcionalmente muy superior a la nuestra.

Con esa lógica, es entendible la aversión de unos y otros contra cualquier tipo de impuesto.

Queda por saberse cómo se redistribuye la riqueza sin que los más ricos paguen más impuestos.

Además, no oigo suficientes voces ilustradas que recuerden a la opinión pública que mantener bajos los precios internos de alimentos y servicios es otra forma de redistribución de la riqueza.

Amén del hecho de que las retenciones se aplican sobre una ganancia que se explica fundamentalmente por la intervención del Estado en el precio del dólar.

La mayor parte de quienes hasta hace poco venían pontificando sobre una supuesta baja calidad institucional luego alimentaron con nafta uno de los más desleales aprietes que ha debido soportar un gobierno constitucional en las últimas décadas.

En su momento criticaron al peronismo por apoyar desde la oposición huelgas de trabajadores que tienen el amparo constitucional del que carecen los boicots empresarios y cuyas consecuencias para el conjunto fueron mínimas comparadas con las del último paro rural.

Algunos “opinólogos” suelen repetir cada tanto que el peronismo no deja gobernar cuando está en la oposición.

Hoy justifican su disposición a sacar provecho de una situación insostenible con argumentos oportunistas, todo en nombre de la ética republicana.

Como ya vimos, no es la primera vez que ocurre. ¿Quién es entonces el que no deja gobernar?

Por último, es preciso que reconozcamos una insuficiencia de la que también tenemos que hacernos cargo los peronistas: excesivamente enfrascados en encontrar la salida de la crisis del 2001, no hemos sabido aún traducir adecuadamente las decisiones de gobierno en argumentos políticos que nutran los discursos de dirigentes, cuadros técnicos y militantes.

Históricamente fue una de nuestras principales fortalezas.

La capacitación política no es sólo el aprendizaje de técnicas y conocimientos para la gestión; también es la adquisición de una perspectiva política desde la cual valorar o criticar las decisiones gubernamentales.

Es un desafío fundamental para los tiempos que vienen: la capacidad institucional de la democracia también se nutre de la habilidad de los movimientos políticos para articular fuerzas sociales dispersas en un proyecto de nación.

martes, 6 de mayo de 2008

Desde Azul: Editorial de Ricardo Berdiñas

Yo me borro...(Casildo Herreras, 1976)

Opinión

Casi la misma letra, y casi los mismos puños para decir lo mismo. Cuando el gobierno banca una situación con razón o equivocada, lo mas lógico es que quienes se llenan los bolsillos y los que tienen un trabajo por este partido salgan a decir algo, al menos como para pagar la cuota de lealtad que se necesita para seguir existiendo. por Ricardo Berdiñas Este caso es repetido hoy por hoy en el peronismo lugareño, en donde su dirigencia, si es que existe, no se manifiesta, deja pasar los acontecimientos como si fueran órbita de otros estamentos y no de la política, y lo peor es que dentro de las filas del propio partido hay personas que están en contra de la política de este gobierno. Sin salir a decir si la política del campo es correcta o no, es por lo menos desleal que tres ediles locales hayan dicho y manifestado su postura dando razón a los que hoy confrontan con el gobierno. Aunque peor que esta postura están los sonidos del silencio, los que no abren la boca y son dirigencia, los que escondidos debajo de sus camas esperan un desenlace feliz, los que hoy no dicen nada son los que ostentan sueldos millonarios, privilegios de todo tipo, autos lujosos y vida dispendiosa. Los que hoy ni aparecen, burócratas insolentes, no solo no saben representar a nadie, sino que permanecen en sus puestos hablando de bueyes perdidos y no toman la decisión de volver a sus puestos y ponerse al lado de la gente que les dio su voto. Pero esto, lamentablemente no solo sucede en Azul, pasa en otras ciudades como Tandil, en donde el ex Rector de la Universidad Nacional del Centro, Néstor Auza, manifestó: "yo estoy con la gente...", decimos desde acá: ¿y a él quien lo votó?, no fueron los mismos peronistas a quienes hoy les da la espalda o sino sería muy bueno que renuncie a su cargo de senador y lo deje para algún peronista consustanciado con la causa plural y no con la causa personal como lo ha hecho el ex Rector. La síntesis de esta nota podría ser, una sola pregunta.¿En dónde está la dirigencia peronista, o la del Frente para la Victoria?, por ahora la respuesta es recurrente: debajo de la cama.

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