sábado, 30 de abril de 2011

Beatificación de Juan Pablo II



Juan Pablo II será mañana en el décimo Pontífice beato proclamado por la Iglesia Católica. El décimo de los 265 Papas que ha habido a lo largo de la historia, y el primero, además, en ser beatificado por su inmediato sucesor: Benedicto XVI. Nunca un Papa había recibido esta condición tan pronto como Karol Wojtyla, quien, seis años después de su muerte, accede a este estadio sagrado en el camino de su canonización. Estos fueron sus beatos predecesores por orden cronológico:
Victor III (1086 al 1087)Dauferio de Fausi era el hijo único de una familia noble de Benevento empeñada en casarle, y de la que tuvo que huir en varias ocasiones para poder dedicarse a la Iglesia en libertad. Él insistía en que su «nobleza de alma era mayor que la de su nacimiento». Su familia finalmente aceptó con la condición y comenzó una peregrinación de años que llamó la atención del mismísimo PapaLeón IX, quien, en 1054, lo hizo ir a Roma.
Juan Pablo II: el décimo beato de la historia de la Iglesia
Víctor III
Dirigió sabiamente el monasterio de Monte Cassino durante 30 años y se convirtió en fiel consejero del Papa Gregorio VII. Se dice que fue este quien le designó como sucesor en el lecho de su muerte, aunque el intentó retrasar su nombramiento y llegó a huir cuando este se produjo. Finalmente, su papado duró apenas uno meses, sin que hayan quedado rastros de milagros ni en vida ni tras su muerte, a pesar de los cual, León XIII propuso su beatificación.
Urbano II (1088-1099): fue el sucesor de Victor III, un italiano llamado Odón de Chantillon, el siguiente beato. También de ascendencia noble, su Papado estuvo marcado, además de por establecer la Curia Romana (órganos de gobierno del Vaticano) tal y como funcionan en la actualidad, por los conflictos de poder y porimpulsar la Primera Cruzada en Oriente Próximo. Fue allí, en la toma de Jerusalén, donde murió con 57 años.
Juan Pablo II: el décimo beato de la historia de la Iglesia
Urbano II
Aunque existen indicios del culto a la figura de Urbano II desde poco después de su muerte, en 1099, su beatificación no fue propuesta formalmente hasta que el arzobispo de Reims presentó la causa correspondiente en 1878. El 14 de julio de 1881, el Papa León XIII dio su aprobación a la propuesta y beatificó a Urbano II.
Eugenio III (1145-1153): el italiano Bernardo Paganelli fue el papa número 167 de la Iglesia desde que fue elegido, el 15 de febrero de 1145, cuando era abad del monasterio cisterciense de Tre Fontane y, por tanto, ajeno al colegio cardenalicio.
Juan Pablo II: el décimo beato de la historia de la Iglesia
Eugenio III
Su papado, caracterizado por los enfrentamientos con el Senado romano, que le exigía la renuncia al poder temporal, y por sus sucesivas huida de Roma, estuvo marcado por la Segunda Cruzada. Murió cuatro años después de terminada esta, pero no fue beatificado hasta 1872, con el papa Pío IX.
Gregorio X (1271-1276): en el papado deTeobaldo Visconti abundan los ejemplos de caridad, humildad y fervor religioso con los que rápido conquistó la simpatía del pueblo cristiano. Diariamente, cuentan, lavaba los pies de algunos pobres, repartía abundantes limosnas entre los más necesitados y llevaba una vida austera, no tomando alimento más que una vez al día y entregándose a la oración todo el tiempo posible.
Juan Pablo II: el décimo beato de la historia de la Iglesia
Gregorio X
Durante su Pontificado, sin embargo, también tuvo tiempo para participar en la última cruzada. Su principal iniciativa, sin embargo, fue la convocatoria del XIV Concilio Ecuménico, celebrada en 1274 en Lyon, en la que logró la reconciliación con la Iglesia Ortodoxa y creó medidas para terminar con los abusos en la iglesia. No volvió a ver Roma, pues murió cuando regresaba de Lyon.
Inocencio V (1276): este religioso francés, Pierre de Tarentaise, fue el primer papa dominico, aunque su Papado duró tan solo seis meses, antes de ser envenenado por los herejes. Tiempo le dio a desarrollar una política pacifista, buscando la reconciliación entre güelfos y gibelinos en Italia, restaurando la paz entre Pisa y Lucca y mediando entre Rodolfo de Habsburgo y Carlos de Anjou.
Juan Pablo II: el décimo beato de la historia de la Iglesia
Inocencio V
Se le recuerda, demás, porque, tras ser elegido Papa, siguió vistiendo el hábito blanco de la orden de predicadores de la que procedía. Desde entonces, el papa siempre lleva sotana blanca.
Benedicto XI (1303-1304)Nicolás Boccasini también tuvo un Papado muy corto y también murió envenenado, por orden de Guillermo de Nogaret.
Juan Pablo II: el décimo beato de la historia de la Iglesia
Benedicto XI
Fue mucho más pacífico que su antecesor,Bonifacio VIII, iniciando la abolición de la excomunión dictada contra Felipe el Hermoso de Francia, pero no fue beatificado hasta abril de 1736, por iniciativa de Clemente XII, y su nombre fue introducido en el martirologio romano por disposición del Papa Benedicto XIV en 1748 Su día festividad se celebra el 7 de julio.
Urbano V (1362-1370)Guillaume de Grimoard fue el Pontífice número 200 de la Iglesia y su principal objetivo fue volver a asentar la sede de la institución en Roma, condición que había perdido en 1309, después de que Clemente V la estableciera en Avignon.
Juan Pablo II: el décimo beato de la historia de la Iglesia
Urbano V
Logró ubicarse de nuevo en lo que hoy es el Vaticano, dedicándose después a reconstruir la ciudad. Pero se le recuerda principalmente por ser considerado el primer papa humanista de la historia, ya que fundó las universidades de Cracovia y Viena. Como el resto de Papas, no fue declarado beato hasta siglos después: en 1870, por Pío IX.
Inocencio XI (1676-1689): el Pontificado de Benedetto Odescalchi se caracterizó por los esfuerzos para bajar los gastos de la Curia, lo que le llevó a vivir de manera austera y a intentar que cundiera el ejemplo en otros cardenales. Pocos años después, logró que los ingresos superaron a los gastos.
Juan Pablo II: el décimo beato de la historia de la Iglesia
Inocencio XI
Su proceso de beatificación duró, al contrario que el de Juan Pablo II, siglos: se inició en 1714, pero Francia lo suspendió en 1744, retomándose en el siglo XX debido a nuevos hallazgos sobre su persona. Fue Pío XII quien lo beatificó el 7 de octubre de 1956, en una celebración que ABC cubrió ampliamente.
Juan XXIII (1958-1973): el italiano Angelo Giuseppe Roncalli, conocido como el «Papa Bueno», fue beatificado precisamente por Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro en el año 2000, con un milagro «tan espectacular», decía ABC, que la Iglesia lo aprobó en tan solo un mes.
Juan Pablo II: el décimo beato de la historia de la Iglesia
ABC 
Juan XIII, en 1958
La hermana Caterina Capitani, desahuciada en su leche de muerte y con la tumba ya preparada a causa de una perforación gástrica con fístula, puso una imagen de Juan XXIII cerca de la herida y este se le apareció diciéndole, según relata ella misma: «No tengas miedo, se ha acabado todo. Estás curada completamente».

Fuente: abc.es

viernes, 29 de abril de 2011

Peronismo y modernidad: A propósito de Vargas Llosa y Savater


 (Agencia Paco Urondo, Por Matías Farías y Soledad Guarnaccia) En un lapso muy corto de tiempo un premio Nobel y un “taquillero” filósofo español han criticado ferozmente al peronismo. Como todo mensaje supone un destinatario, es interesante tratar de pensar a quiénes les hablan Varga Llosa y Savater y sobre qué tipo de ideas buscan cierta complicidad con el público al cual se dirigen –cierto, no por mucho tiempo puesto que en sus dichos hay una clara estrategia marketinera tendiente a despertar una disputa que brinde algún rédito también de taquilla ahora que se abre la Feria del Libro-
En un punto, Varga Llosa y Savater se dirigen a un mismo público: esa franja social que hoy bajo la palabra “populismo” quiere darle prestigio “teórico” a un odio de clase que al fin de cuentas le resulta difícil disimular. Ahora bien: ¿cómo se racionaliza ese odio de clase? Apelando a una mirada de la historia argentina singular, que por vías distintas llega a la misma conclusión: el peronismo ha impedido que la modernidad se realice en la Argentina. En el caso de Varga Llosa, la idea se expresa de manera decadentista: el peronismo es la causa de que un país que estaba en condiciones de ser la “Suecia” Latinoamericana, un país del “Primer Mundo”, no sea más que un país con irremediable destino latinoamericano, lo cual en la visión del premio Nobel, es todo un problema. Savater dice lo mismo pero al revés: según el español, decirse peronista hoy, es actuar contra la modernidad, como reivindicar a los dinosaurios. Pero en uno u otro caso, la “modernidad” es connotada como valor supremo; el peronismo, en cambio, es el movimiento que detiene su impulso. De este modo, en el marco de un contexto de gran crecimiento económico y  distribución del ingreso, estos “intelectuales” buscan la complicidad de su público con uno de los argumentos que más repite el arco opositor: que la Argentina sigue desaprovechando las chances para ser un país moderno. El argumento es tan viejo como el gorilismo, pero aparentemente es una vía privilegiada para atacar al gobierno nacional y popular de Cristina –toda esa historia en torno a la otra vía de ataque, la libertad de prensa, es tan disparatada que no puede ser sostenida ni por los empleados de la oposición, es decir, la “prensa libre”.
¿Qué decir de estas intervenciones? Por un lado, dejan ver que la oposición no tiene hoy argumentos novedosos contra el peronismo. A su vez, estos argumentos necesitan ser avalados por la palabra de un “otro” extranjero, con cierto prestigio cultural, para que la palabra opositora resulte autorizada: en un típico caso de colonialismo cultural, no les alcanza con lo que dicen los “intelectuales” locales opositores. También, que Vargas Llosa y Savater  han perdido ciertos reflejos mínimos que pueden reclamarse a un intelectual: que digan algo novedoso, no algo que convalide lo que su público está dispuesto de antemano a escuchar. Vargas Llosa sabe que al decir que Buenos Aires es como París está halagando a su público y no emitiendo un juicio con algún valor de verdad. Cuando Savater equipara a Franco y a Perón sobre la única base de ¡lo que él pensaba cuando era más joven!, funda en un prejuicio personal una aseveración que pretende tener validez histórica y encima es expresada en una escuela pública. La pregunta, así, cae de maduro: ¿qué clase de intelectual es aquel que no puede ni por un instante problematizar sus propias creencias?
Sin embargo, si la “modernidad” es la divisa de la oposición, y ella está fundada en una serie de prejuicios tenidos como válidos de antemano, más interesante es desmontar esta falsa dicotomía (peronismo o modernidad) para habilitar un interrogante: ¿cómo profundizar un modelo en el que la modernidad no es el rostro feroz de la “globalización”, sino una tarea a realizar colectivamente de la mano de la justicia social? Este es justamente el desafío que nos propone Cristina en sus discursos y actos de gobierno.

Peronismo y modernidad: A propósito de Vargas Llosa y Savater


 (Agencia Paco Urondo, Por Matías Farías y Soledad Guarnaccia) En un lapso muy corto de tiempo un premio Nobel y un “taquillero” filósofo español han criticado ferozmente al peronismo. Como todo mensaje supone un destinatario, es interesante tratar de pensar a quiénes les hablan Varga Llosa y Savater y sobre qué tipo de ideas buscan cierta complicidad con el público al cual se dirigen –cierto, no por mucho tiempo puesto que en sus dichos hay una clara estrategia marketinera tendiente a despertar una disputa que brinde algún rédito también de taquilla ahora que se abre la Feria del Libro-
En un punto, Varga Llosa y Savater se dirigen a un mismo público: esa franja social que hoy bajo la palabra “populismo” quiere darle prestigio “teórico” a un odio de clase que al fin de cuentas le resulta difícil disimular. Ahora bien: ¿cómo se racionaliza ese odio de clase? Apelando a una mirada de la historia argentina singular, que por vías distintas llega a la misma conclusión: el peronismo ha impedido que la modernidad se realice en la Argentina. En el caso de Varga Llosa, la idea se expresa de manera decadentista: el peronismo es la causa de que un país que estaba en condiciones de ser la “Suecia” Latinoamericana, un país del “Primer Mundo”, no sea más que un país con irremediable destino latinoamericano, lo cual en la visión del premio Nobel, es todo un problema. Savater dice lo mismo pero al revés: según el español, decirse peronista hoy, es actuar contra la modernidad, como reivindicar a los dinosaurios. Pero en uno u otro caso, la “modernidad” es connotada como valor supremo; el peronismo, en cambio, es el movimiento que detiene su impulso. De este modo, en el marco de un contexto de gran crecimiento económico y  distribución del ingreso, estos “intelectuales” buscan la complicidad de su público con uno de los argumentos que más repite el arco opositor: que la Argentina sigue desaprovechando las chances para ser un país moderno. El argumento es tan viejo como el gorilismo, pero aparentemente es una vía privilegiada para atacar al gobierno nacional y popular de Cristina –toda esa historia en torno a la otra vía de ataque, la libertad de prensa, es tan disparatada que no puede ser sostenida ni por los empleados de la oposición, es decir, la “prensa libre”.
¿Qué decir de estas intervenciones? Por un lado, dejan ver que la oposición no tiene hoy argumentos novedosos contra el peronismo. A su vez, estos argumentos necesitan ser avalados por la palabra de un “otro” extranjero, con cierto prestigio cultural, para que la palabra opositora resulte autorizada: en un típico caso de colonialismo cultural, no les alcanza con lo que dicen los “intelectuales” locales opositores. También, que Vargas Llosa y Savater  han perdido ciertos reflejos mínimos que pueden reclamarse a un intelectual: que digan algo novedoso, no algo que convalide lo que su público está dispuesto de antemano a escuchar. Vargas Llosa sabe que al decir que Buenos Aires es como París está halagando a su público y no emitiendo un juicio con algún valor de verdad. Cuando Savater equipara a Franco y a Perón sobre la única base de ¡lo que él pensaba cuando era más joven!, funda en un prejuicio personal una aseveración que pretende tener validez histórica y encima es expresada en una escuela pública. La pregunta, así, cae de maduro: ¿qué clase de intelectual es aquel que no puede ni por un instante problematizar sus propias creencias?
Sin embargo, si la “modernidad” es la divisa de la oposición, y ella está fundada en una serie de prejuicios tenidos como válidos de antemano, más interesante es desmontar esta falsa dicotomía (peronismo o modernidad) para habilitar un interrogante: ¿cómo profundizar un modelo en el que la modernidad no es el rostro feroz de la “globalización”, sino una tarea a realizar colectivamente de la mano de la justicia social? Este es justamente el desafío que nos propone Cristina en sus discursos y actos de gobierno.

jueves, 28 de abril de 2011

A 32 AÑOS DE LA HUELGA GENERAL DEL 27 DE ABRIL DE 1979.



                                                                                                                                                                                  Héctor Pedro Recalde*

Cuando se observa que desde medios de comunicación hegemónicos –en realidad partidos de oposición encubiertos- y algunos de sus satélites se demoniza al sindicalismo, les podríamos preguntar que hacían ellos en abril de 1979.

Hoy vamos a refrescar la memoria de la diferencia que existe entre aquellas complicidades y la valentía que en los hechos –y no retóricamente- demostró el movimiento obrero organizado, valentía que entonces, parafraseando a la Presidente, sí pagaba un alto precio (supresión de la vida, privaciones de libertad, torturas, persecuciones).

Hoy se conmemora el 32º aniversario de la primera Huelga General Nacional contra la dictadura militar convocada por la “Comisión de los 25”.

La “Comisión de los 25” fue una expresión del movimiento obrero que surgió de su seno en 1977 –con la C.G.T. intervenida-, y que se identificó en la confrontación política y social contra el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional.

La Huelga General del 27 de abril de 1979 constituyó un hito en la historia de las luchas populares que merece ser destacado con letra de molde en los anales de la historia argentina contemporánea.        
        
Fue una huelga general contra una dictadura asesina, desaparecedora, que buscaba destruir el tejido social e industrial argentino. Fue además convocada y llevada a cabo cuando la legislación de la dictadura la consideraba un delito. Convicción y valentía se requería para exigirle, poniendo el cuerpo, la restauración de la democracia y sus instituciones. Convicción y valentía se exigía para participar en una huelga que ponía en peligro la libertad y la vida.

La huelga terminó en represión y detención de cientos de trabajadores.

A quienes denostan las acciones gremiales bajo la invocación de que “al día siguiente nada cambia”, cabe recordarles que a partir de la huelga del 27 de abril comenzó una nueva etapa de reorganización social y de resistencia a la dictadura militar, marcando el comienzo de su fin.

Despertó la atención de los organismos internacionales de Derechos Humanos, que pusieron su mirada sobre las violaciones a los derechos humanos que se cometían. En Septiembre de 1979, por denuncias previas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos visitó nuestro país, recibiendo denuncias de persecuciones, desapariciones y asesinatos, se entrevistó con dirigentes sindicales y sociales, y recorrió cárceles; constatando la veracidad de las denuncias que contra la dictadura se formulaban.

El compromiso del sindicalismo con la democracia posee una línea directriz que puede apreciarse también en los sucesos de Semana Santa de 1987. Después del triunfo del Dr. Alfonsín en la elección presidencial de 1983, la consecuente crisis política que vivió el peronismo hizo que el movimiento obrero organizado,  manteniendo el ideario peronista, encarnara, por razones de divergencias de política económica y social, la oposición al gobierno radical. No obstante ello no dudó en defender al gobierno legítimo y genuino cuando el levantamiento carapintada puso en peligró la democracia.

Este mismo compromiso es el que lleva a la movilización convocada por la C.G.T. para el próximo 29 de Abril. El compromiso con el  proyecto de desarrollo nacional con inclusión social que encarna nuestra Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, con la vigencia y efectividad de los Derechos Humanos, con respeto a los derechos laborales, con la recuperación de la cultura del trabajo, con una progresiva mayor justicia en la distribución del ingreso, con la democracia real para todo el pueblo argentino.

*Diputado Nacional FPV - PJ

domingo, 24 de abril de 2011

Semana Santa y un Adiós al Abuelo Juan


Todavía estamos transitando el Domingo de Pascuas, abrimos el facebook y nuestra amiga Anto Montes Selles recuerda a su entrañable abuelo Juan con esta hermosa poesía y una epifanía  final. Nos pareció apropiado compartirla con nuestros amigos del blog. 


Adiós Abuelo y perdón
porque a pesar de haberte tenido
contigo núnca he pasado
tanto tiempo como hubiese podido
y a pesar de haberte querido
siento pena no haberlo demostrado.

Adiós Abuelo y perdón
porque a pesar de lo que me enseñaste
y el amor que me has brindado
no he cumplido los objetivos
con los que alguna vez soñaste.

Adiós Abuelo y gracias
porque me dejaste el mejor legado
una familia grande y hermosa
a la que siempre he amado
que mantuviste unida a travéz de los años
bajo tu mirada calida y cariñosa.

Adiós Abuelo y gracias
por todo cuanto me diste
por tu semblanza y tu convicción
tus valores y sus matíces
que formaron lo que hoy soy
y que de orgullo me revisten.

A Dios Abuelo le pido
que te guarde un lugar consigo
porque ya no serás mi Abuelo
mas sos un Ángel en el cielo
y a aunque me falte un trecho en la vida
te quiero encontrar con un gran abrazo
cuando estemos juntos en el regazo
del Padre Grande del Cielo
 ...hoy 23 de abril del 2011..se cumple un año que ya no estas abu..te voy a extrañar y siempre te llevo y te llevare en mi corazon...algun dia nos reencontraremos, en algun lugar, algun tiempo, se que vas a estar ahi esperandome con un abrazo grande como el que me dabas siempre que nos veiamos..y jugar a la pulseada china con las manos!!! la abuela esta bien se que lo sabes y de alla nos cuidas y se que nos vamos a encontrar...te digo adios ..pero con un hasta pronto...Te quiero abuelo!!!...Anto!!!
Adiós Abuelo, y A Dios.

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