sábado, 3 de septiembre de 2011

Tandil Industrial: Don Santiago Selvetti, el monumento y nuestra historia...


 Los Bariffi y más adelante don Santiago
En 1918 surgió en forma gravitante la industria metalúrgica en Tandil, de la mano de Francisco, José y DonatoBariffi, que posteriormente fundaron BIMA (Bariffi Industria Metalúrgica Argentina).
En enero de 1918 Francisco y José vinieron a visitar a su hermano convertido en el nuevo almacenero de Las Chilcas. “¿Será posible instalar una fundición en Tandil?”, preguntan a Donato.
Papá les muestra las piezas de fundición que está vendiendo, procedentes de otras fábricas.
“Nosotros también podemos hacerlas”, afirma categóricamente Francisco. José agrega que se siente capaz de mecanizarlas.
“Entonces, yo puedo sacar del almacén un poco del dinero que haga falta para comenzar”, redondeó Donato.
Según el historiador Hugo Nario en su libro “Los Bariffi” (2006), en la avenida Colón encontraron un espacio ideal: una casa de dos pisos con negocio al frente, a la altura de los números 939/41. Ahí instalarán el taller, el salón de ventas y la administración. Es propiedad de un celebrado carpintero, José “El Vasco” Arana, que allí tiene su carpintería. Arana lleva muchos años en el oficio. Entre otros trabajos, según supe, construyó a principios del siglo XX multitud de casillas para los canteristas de Cerro Leones.
Pero también hacía trabajos finos, como la espléndida escalera de madera que hasta hace poco lucía en el edificio que fuera de la familia Lavayén y ahora aloja a la Policlínica Paz. Arana tomó con tanto entusiasmo alquilar su predio a los Bariffi que se ofreció para construir los primeros moldes de madera. En el costado izquierdo del edificio había un gran cobertizo donde se instaló la fundición. La fábrica estaba a punto de nacer.
Se llamó en los comienzos Talleres Metalúrgicos Bariffi Hermanos y Cía. Las actividades comenzaron a mediados de 1918. En agosto de este año se realizaron las primeras coladas. Años después la sociedad creció y se llamó Bariffi Industrias Metalúrgicas Argentina, BIMA.
Hacia 1920 los Bariffi comenzaron a fundir las primeras cocinas. Fue un trabajo doblemente complicado, porque tuvieron que hacer los modelos pieza por pieza, fundirlos, rebabarlos y mecanizarlos y luego ensamblarlos. Muy pronto, las cocinas económicas Bariffi tuvieron gran aceptación, primero en Tandil, luego en los pueblos vecinos. Comenzaron a crear nuevos modelos y nacieron los primeros encargos de mayor envergadura para las cocinas de los hoteles. Funcionaban con leña o carbón como combustible. Las cocinas fueron el rubro de mayor demanda y lo que expandía el trabajo. Pero no dejaron de producir toda clase de piezas de ferretería, rejillas y poleas. Pronto se incorporó otro rubro que aumentó el impulso: los repuestos de maquinarias agrícolas.
Si bien había habido unos ensayos anteriores, fue en 1943 cuando comenzó la fabricación masiva de las tapas de cilindros. Y resultó ser la primera fundición del país que logró hacerlo en los niveles de calidad exigidos. Lo que más impactó fueron las tapas de cilindros de los Ford V 8, pero también se hicieron para los modelos T y A, y para Lincoln, las tapas del Chevrolet de los modelos 1928 al 1941, las de los Packard de 6 y 8 cilindros, el Graham Paige, el Jeep Willis, un camión Mercedes Benz y el Borgward diesel, además de los múltiples de escape y de admisión para varias marcas.
Bima resultó ser no sólo la pionera, sino que sin saberlo se había transformado en la escuela de los futuros modelistas y fundidores de Tandil y de la provincia.
Fabricaron cocinas, estufas, tapas de cilindro, entre otros productos. En la década de 1960 debió cerrar, pero sin duda cumplió un ciclo fundacional importantísimo.

Mediados del siglo anterior…
Unos tres lustros antes de ese cierre, en el año 1948, había nacido otro emprendimiento que tuvo y tiene aún, trascendencia nacional e internacional por sus múltiples exportaciones. Nos referimos a Metalúrgica Tandil, fundada por don Santiago Selvetti, otro pionero excepcional que supo demostrar cómo el crecimiento de Tandil a través de los tiempos se debió a la participación y actuación esforzada de sus habitantes.
En efecto, en una entrevista que en su momento le efectuamos, y ante la pregunta de cómo surgió Metalúrgica Tandil, nos respondió que se trataba de una historia "con una parte anecdótica". Contó que a raíz de un problema que había tenido el capataz de fundición de BIMA, Germán García, "que era excelente", él le dijo:
-"Pronto vamos a poner una fundición nosotros".
Como testigo de esa charla estaba don Segundo Berroeta (padre de Agustín) y pasaron los días y le preguntaba constantemente cómo marchaba el proyecto.
-"Ya llegará el momento", era la respuesta de Selvetti.
Sin embargo, Berroeta un domingo le pidió al creador de Metalúrgica que lo acompañe a un remate de lotes. Era para comprar el predio donde hoy está instalada la fábrica, para prestárselo a Santiago Selvetti, quien relata el hecho de esta manera:
"Los terrenos no me los quiso vender. Me los alquiló. La venta llegó tiempo después. Así que yo, para el comienzo, vendí mi auto y dediqué todos los ahorros a eso. Con Germán García, absolutamente solos, construimos el primer galpón de 20 metros por 40. Otro capo en esto era Fernando Monsalve, español, habilísimo, todo un artesano, que estuvo en esa etapa. Era el otro socio".

El momento de apogeo de Metalúrgica Tandil
En Metalúrgica Tandil llegaron a trabajar unas 2.000 personas hacia la segunda mitad de la década de 1960. La realidad actual, en materia de empleo de recursos humanos, no es ni remotamente la misma por razones conocidas de adelantos tecnológicos y depresión de la industria nacional. Pero lo cierto es que a partir de entonces, la época fue sumamente propicia para la actividad. En efecto, surgieron numerosas fundiciones y talleres pequeños y medianos que ocuparon mano de obra en forma considerable y proveyeron no solamente a la propia Metalúrgica Tandil sino a fábricas y representantes empresarios del país y del extranjero, tal el caso de Metán, Tandilfer, Tandilmat, Buxton, Talleres Tandil, Fundalum, Ronicevi, entre otros.
  Viñetas para el recuerdo

LAS COCINAS BARIFFI, CASI UN SIGLO ATRÁS
1920. Un trabajo doblemente complicado, porque tuvieron que hacer los modelos pieza por pieza, fundirlos, rebabarlos y mecanizarlos y luego ensamblarlos. Muy pronto, las cocinas económicas Bariffi tuvieron gran aceptación, primero en Tandil, luego en los pueblos vecinos. Comenzaron a crear nuevos modelos y nacieron los primeros encargos de mayor envergadura para las cocinas de los hoteles. Funcionaban con leña o carbón como combustible. Las cocinas fueron el rubro de mayor demanda y lo que expandía el trabajo. Pero no dejaron de producir toda clase de piezas de ferretería, rejillas y poleas. Pronto se incorporó otro rubro que aumentó el impulso: los repuestos de maquinarias agrícolas.
(Hugo Nario, en su libro “Los Bariffi”).

TESTIMONIOS DE DON SANTIAGO SELVETTI
Don Ceferino
“Podría mencionar a mucha gente de Tandil muy valiosa, pero no estaría bien hacer nombres, porque con más de uno quedaría mal. Pero debería ser agradecido con un gran hombre que tuvo Tandil, que fue don Ceferino Pedersen. Fuimos muy amigos. El era ganadero y en una oportunidad, sin que yo le pidiera nada, me ofreció plata prestada porque se dio cuenta que nos hacía falta en ese momento. Recuerdo que nos prestó mucha plata. Lo hacía porque era una persona de bien y porque se entusiasmó mucho cuando conoció la fábrica y vio todo lo que aquí se estaba realizando. Fue un hombre muy laborioso don Ceferino, llegó a trabajar 10 mil hectáreas de campo”.
El Tractor Pampa
En 1953, Santiago Selvetti y el modelista valenciano Fernando Monsalve, participaron de un almuerzo ofrecido a 220 empresarios del país por el presidente de IAME (Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado), brigadier Juan Ignacio San Martín. Al término del almuerzo, este último dijo que había traído del Uruguay un tractor alemán, Lanz Bull, que estaba desarmando pieza por pieza. Lo expuso sobre tablones a la vista de todos e invitó a los empresarios a elegir la parte que cada uno estaba dispuesto a fabricar en un término de 120 días. La mayoría se precipitó a elegir y cuando se acercó Selvetti con su acompañante sólo quedaba un block (que pesaba más de 200 kilos), una cabeza de cilindro y un pistón. Selvetti lo miró a Monsalve y le preguntó:
-¿Podemos hacer esto?
-¿Quién lo ha hecho en Alemania? ¿El hombre o el Espíritu Santo?
Y así nació el primer tractor argentino, el Pampa, del que se vendieron cuatro mil unidades. Así surgió la industria automotriz nacional.

Aplausos y emociones
"Poder llegarme hasta la empresa a mi edad, es muy lindo. Las mayores satisfacciones las recibo cada fin de año, en que hacemos una fiestita; nos juntamos todos, alrededor de 500 personas actualmente; y cuando entro, me reciben unánimemente con un gran aplauso. Y a veces pienso que, sin ser el único, tal vez no son muchos los patrones que son aplaudidos... Eso me emociona muchísimo, realmente".
"Yo también trabajé ahí, señor..."
"Un día estábamos jugando al tute en el Club Independiente, donde también voy siempre. Eramos seis o siete. Y no sé qué jugada equivocada se mandaron por ahí, que yo dije: 'la pucha que son malos, che; menos mal que no han trabajado en Metalúrgica, porque si no, me hubieran fundido...' Y enseguida vino la reacción general. '¿Cómo que no?', me dijeron. 'Yo estuve ocho años'; 'yo, seis'; 'y yo, nueve...' La cosa que todos habían trabajado alguna vez en Metalúrgica. Seguramente fue una gran casualidad, pero sirve para demostrar la gran cantidad de gente que pasó por allí”.
Entre Soriano y Laplace
"En Metalúrgica Tandil trabajaron, entre otras personas relacionadas con el arte, el escritor Osvaldo Soriano y el actor lugareño Víctor Laplace. En el último brindis que se hizo estuvo, junto con Julio Lester, de quien es muy amigo. Subió incluso a una tarima, como un escenario que tenemos ahí, y habló y todo..." (Néstor Dipaola-Escritor)


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