Por Nicolás Poggi, de la Redacción de NOVA.
El paso del tiempo es acaso uno de los mejores ejercicios para poner en claro nuestros puntos de vista. Sin embargo, en este caso, los dos días transcurridos desde la eliminación de la Selección a manos de Alemania son más que suficientes para entender que Diego Maradona está en todo su derecho de renovar su vínculo como entrenador.
Que no debería haber jugado con cuatro centrales. Que Otamendi. Que Clemente. Que la ausencia de Verón. Que el 4-4-2 o los tres delanteros. Que la cuestión Messi. Por supuesto, Diego se equivocó (sobre todo en los últimos dos partidos), pero también se equivocaron Bielsa y Pekermann. La cuestión es que, en los mundiales, el margen de error es mínimo.
Como sea, Maradona demostró reunir las condiciones necesarias para ser DT de la Selección. A lo largo de todo el Mundial, hubo planteos tácticos, elaboraciones de pelota parada, disciplina y, sobre todo, trabajo de equipo. Excepto algunas intermitencias finales, se notó que el grupo estaba unido, lo cual es fundamental para encarar el desafío siempre acuciante de una copa del mundo. Y nadie puede decir que los jugadores no dejaron todo.
Además (y vamos a decir esto sin vueltas), ¿quién siente la camiseta como Diego? Conmovía verlo defender a Messi ante el embate de Karagounis, abrazar a Tévez tras el partido con México, cuando al “Apache” no le cayó para nada bien que lo sacara, o celebrar como un triunfo propio (y en parte lo fue) el emocionante gol deMartín Palermo a Grecia. Nadie como Diego quiso que Lionel Messi triunfara en Sudáfrica. “La Pulga” tuvo mala suerte, porque hasta el sábado, y según un relevamiento de la siempre poca simpática FIFA, fue el jugador que más veces pateó al arco.
“Respetamos a Alemania, pero nosotros tenemos una ilusión”, decía Diego antes del encuentro. Está claro que con ilusiones solas no se gana, y Maradona supo demostrarle a sus detractores profesionales que tranquilamente puede desempeñarse como DT a la altura de cualquier otro. Los demás, aquellos hipócritas que se solazan con sus cuestiones personales (como lo hicieron siempre), no merecen ni la más mínima atención.
Desde luego que hay cosas que mejorar, y la derrota servirá para eso. Fuera de los divismos de otros técnicos, Maradona merece una chance más si así lo quiere. Aunque ahora nos cueste superar la tristeza. Porque, como dijo Bielsa, “es difícil asumir que esto ya no nos pertenece”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario