La
visión de un periodista extranjero
“Alguna
vez leí que las palabras escritas en un papel son más poderosas que la espada,
es un viejo dicho, porque las palabras quedan”.
Durante
la última dictadura militar, todo el mundo veía lo que pasaba: Los Ford Falcon
verdes por las calles, con hombres con ametralladores; los uniformados que
paraban un colectivo, hacían bajar a todos y se llevaban a dos o tres personas.
Pero nadie lo publicaba, entonces la gente seguía con su vida, pensando que no
pasaba nada.
El
periodista inglés Roberto Cox vivió en la Argentina entre 1959 y 1979, cuando tuvo que
abandonar el país con su familia, amenazada por el gobierno de facto.
Su
argumentación es de una lógica tan obvia como demoledora:” lo único que los
periodistas debían hacer era cumplir con su trabajo.¿ Tan poco estimamos el
poder de la pluma que no la utilizamos cuando nos amenazan? ¿Acaso pensamos que
ocultando las noticias causaremos más impacto que publicándolas?”
“Hubo una aceptación de la dictadura, como ya había
ocurrido tantas otras veces en la Argentina.
Todo el mundo acató vivir en una mentira. Desde 1930 se
aceptó que los golpes militares eran una forma posible de acabar con las democracias
y cuando se acepta un golpe, después hay aceptación de cualquier cosa. Con los
militares hubo un holocausto, un tipo de genocidio, porque lo que querían,
igual que los nazis, era eliminar a todos los que no eran o no pensaban como
ellos.”
“Los
grandes diarios faltaron mucho a su deber de informar lo que pasaba y los
dueños de esos medios tienen una gran responsabilidad por ello. Estoy
totalmente convencido de que se podrían haber evitado muchas muertes publicando
con rapidez la noticia de la desaparición, porque los militares hubieran
pensado dos veces lo que hacían: o habrían puesto a los secuestrados en una
cárcel, legales, o los habrían dejado en libertad. Lo que pasa es que los
medios silenciaron todo- tanto, que los familiares debían pagar las solicitadas
que se publicaron con los nombres de los desaparecidos- y entonces los
militares no tenían que dar cuenta de lo que estaban haciendo. Las
instituciones del país colapsaron, entre ellas la salvaguarda y último recurso
de la ciudadanía, que son los medios.
Desde
el Partido Justicialista, en este triste recordatorio, del golpe cívico-militar
más infamante de la historia argentina contemporánea , quiere aportar con las
palabras de un intachable periodista extranjero, su homenaje a los 30.000 compañeros
desaparecidos en esa larga noche que vivió la sociedad argentina desde el 24 de
marzo de 1976 hasta los albores de la democracia en 1983.
Partido Justicialista de Tandil
Secretaria de cultura prensa y
propaganda
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