domingo, 16 de octubre de 2011

Día de la Madre: Reflejos






Es madrugada y estoy despierto,
cansado, fatigado, sin descansar un momento.
Agobiado por este raro sentir,
pienso, analizo mi conciencia,
preguntando ¿por qué no puedo dormir?

¿Será acaso ese último sueño?
Donde por momentos me hizo su presa el miedo.
Soñaba a mi madre,
triste, enferma, y que lloraba;
postrada a la orilla de una cama,

Pedía, gemía, oraba...
Me levanto y voy hacia el espejo;
desconcertado, aturdido y preocupado;
de pronto, escucho una voz en mi interior,
que me obliga a cuestionar a mi reflejo.

¿Sabes el por qué de tu madre el sufrimiento?
Porque ella ve en sus hijos muchas malas decisiones;
por eso intercede por ti en todo momento,
a causa de tus irresponsabilidades, apatías, pleitos y rebeliones.
No había pensado en eso.

Tampoco has considerado, por la inmadurez de tu pensamiento,
que desde tu nacimiento,
a duras pruebas se ha enfrentado:
hambre, escasez, tribulaciones,
y en lo poco o en lo mucho a ti nada te ha faltado;

Y en tu inocencia de pequeño ella se ha gozado.
Es verdad, de pequeño fui feliz no cabe duda,
porque para no preocuparnos ella disimulaba esa vida dura.
Pero ¿recuerdas tu adolescencia?

¡Cuando con paciencia un consejo ella te ha dado!
Te mostrabas irracional e indiferente,
y a tu castigo justo haberla obligado.
¡Más tú cerrando aún tu mente!,

Al consejo de otros atendiste,
drogas, vicios, deseos insanos, superficies,
cuando amarla, atenderla tu pudiste
y en sus múltiples problemas apoyado.

Recordar eso no quiero, no puedo.
Además era solo un niño, un muchacho.
¿Crees que puedes tapar el sol con solo un dedo?
Los errores existieron, es más, sus problemas todavía están.

Porque aún siendo un adulto ya casado los sigues cometiendo;
Te preocupan tus problemas, te absorben por demás,
a todo le das tiempo y te olvidas de mamá.
¿Qué no te das cuenta?

Tu esposa madre es,
y si tu actitud no rectificas,
pagarás por tu falques;
recuerda que tu ejemplo es como este espejo,

Donde tus hijos se reflejan,
donde se ve lo que han de ser,
y si a tu madre te muestras indiferente,
y das prioridad a otra gente,

Y a tus hijos no enseñas con tu ejemplo
como amar y respetar a su mamá,
ten seguro, no te sorprendas
muy pronto te va a pesar.

¡No! Por favor eso no quiero, no lo puedo soportar.
Gracias Señor, gracias Dios mío,
porque al final de cuentas,
por tu voz en mi conciencia,

Por tu gran amor, he comprendido.
Y si tú me das licencia, pronto, en cuanto amanezca
a mi madre y a mi esposa, llevaré una flor como esta,
una linda y roja rosa, como un símbolo que las amaré
y honraré con mucha fuerza.

Colaboración de Luis Gabriel Virrueta
México

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares