Hoy queremos decirle al señor este, que sus palabras no nos dañan. Que es un sectario.
Que no nos tome por tontos. Buscó herir con su actitud salvaje, pero nosotros manejamos nuestra educación y nuestro respeto para enfrentarlo y condenarlo.
No tenemos dudas de que nos asiste el derecho inviolable de elegir nuestro futuro, donde quiera que sea.
Usted llega tarde señor sin escrúpulos. Su grito racista vaga solo en los pantanos de la ignorancia. Sus propios vecinos lo estamos denunciando. Usted cada vez está más aislado.
Le van a hacer falta mil años -en vano- para ampliar su frontera racista, porque los hombres libres estamos a su acecho. A donde quiera que vaya, donde quiera que descanse, encontrara uno de nosotros. Usted esta perdido.
Al oírnos, con nuestras gargantas desgarradas en un grito de tolerancia, usted señor racista, se desnutre sin ninguna esperanza de sobrevivir.
El siglo XXI es nuestro. Nos aguarda un poderoso amanecer, a nosotros, los hombres libres. A usted lo espera una penosa y moribunda noche. Usted que se debe considerar libre de hacer lo que le plazca, sepa que no es más que un preso de su ignorancia.
Va a llegar ese día en que los hombres no tengamos necesidad de reunirnos a condenar sus actos enfermizos.
Mientras tanto, que su desprecio lo acompañe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario