Capital Federal (Agencia Paco Urondo)
Juliana Awada, dueña de la marca de ropa que lleva su apellido, fue denunciada ante la Justicia por producir prendas en talleres clandestinos, apelando al uso de mano de obra “esclava”. La última denuncia se realizó en marzo del 2010 (la empresa viene siendo denunciada desde el 2006) cuando un costurero se acercó a la Fundación La Alameda tras haber sido despedido del taller donde trabajaba. El hombre contó que en verano debían soportar altas temperaturas en el taller, que no había ventilación alguna y que el baño se encontraba en penosas condiciones
Daniel Awada, también se dedica al rubro de textiles, es dueño de la marca de ropa para niños “Cheeky” y comparte la misma visión del mundo empresarial que su hermana: mano de obra barata (esclava) = Ganancias extraordinarias. La empresa fue denunciada por tener cuatro talleres clandestinos, hecho comprobado por uno de los costureros de La Alameda que aportó su denuncia. La causa contó con el testimonio de un arrepentido ex – gerente de la marca.
La política macrista con respecto a los talleres de explotación es por lo menos “ineficiente”. A diferencia de su antecesor Jorge Telerman que junto a la Defensoría del Pueblo de la Ciudad y a La Alameda denunciaron penalmente a 35 importantes marcas de ropa, Mauricio Macri jamás denunció a una empresa textil por utilizar mano de obra esclava. Si bien el gobierno de la ciudad lleva adelante inspecciones, no realiza denuncias penales ni públicas quedando todo en un mero acto administrativo. Si a esto le sumamos que el Ministro de Seguridad y Justicia, Guillermo Montenegro (por entonces juez federal) fue quien declaró sobreseído a Daniel Awada en la causa por explotación laboral, tal vez sea mejor dejar de hablar de ineficiencia en la gestión y empezar a hablar de complicidad. ¿No habrá sido el mediático casamiento entre Mauricio y Juliana la formalización de algo más que una relación amorosa? (Agencia Paco Urondo)
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