Viviendo el Bicentenario: en nuestra casa y reflexionando...

Yo estuve. Dentro de muchos años cuando se lo cuente a mis nietos, les diré "Yo estuve" en los festejos del bicentenario de la Patria. Seremos unos pocos millones los privilegiados, testigos de esta maravillosa festividad de los 200 años, desde la formación del primer gobierno patrio. Nadie recordará las voces agoreras, la tilingería de los ocasionales opositores al oficialismo de la época; los dinosaurios que se acurrucaron en el gran templo de la música universal para mirar con desdén y asco al gentío que pululaba alegre por la 9 de Julio, invadiendo los lugares sagrados de la porteñidad. El tiempo dirá si han afectado para siempre el maravilloso sonido del Teatro Colón o no. Hace un tiempo se levantan voces de alerta. Dios nos salve de estos "elefantes en un bazar" que hoy gobiernan la capital de la Nación. 
Yo estuve, y punto. No hay que hacer lecturas rebuscadas ni jugar al juego de los intereses que ante tamaña y contundente manifestación de pueblo, buscarán los resquicios para llevar agua a su molino. El pueblo, la gente se manifestó con alegría y nos dejó un mensaje simple: acá estamos, somos los ciudadanos de a pie, festejando con mis vecinos, mis compatriotas, todos juntos, sin crispaciones ni enfrentamientos; somos el pueblo  quien se expresa sin medias tintas, sin artilugios intelectuales para mostrar lo evidente: este país es nuestro no se lo regalamos a los mezquinos ni a minorías que en el otro centenario medraron y vivieron a costilla de nuestras penurias y miserias. Hoy en este Bicentenario, somos nosotros los protagonistas de la historia, lo demás es puro cuento. Entonces...andá a cantarle a Gardel...