Carlos Alberto Moratorio falleció el domingo a la noche en esta ciudad. Se trata del más destacado jinete argentino de la década del ’60, cuando logró sobresalir a nivel internacional con logros que no fueron repetidos en la hípica nacional. .
Moratorio nació 31 de octubre de 1929 en el pequeño pueblo de La Cruz, provincia de Corrientes. Su carrera militar lo llevó a diversos destinos, entre ellos Tandil.
Sus mayores éxitos deportivos se remontan a los años ’60. En los Juegos Olímpicos de Tokio 1964, consiguió el segundo puesto en concurso completo, la prueba individual de tres días. Aquella plateada no fue una medalla más para el deporte nacional, ya que se trató de la única lograda por la equitación en la historia olímpica. Otro reconocimiento llegó a fines de ese año, cuando el Círculo de Periodistas Deportivos de Argentina lo distinguió con el Olimpia de Oro.
Antes y después tuvo participación en la máxima cita deportiva mundial, ya que compitió en Roma 1960 y México 1968.
Aquel segundo puesto de Tokio, detrás del italiano Mauro Checcoli, lo dejó con un sinsabor que logró sacarse un par de años después. En 1966 se adjudicó el título mundial individual en Burgley, Inglaterra, nuevamente en la prueba de tres días y montando a Chalán, el caballo que mayores satisfacciones le brindó. Además, quedó en el segundo puesto por equipos, junto a sus compañeros Roberto Pistarini, Ludovico Fusco y Enrique Sztyrle.
Todos los conocimientos logrados le permitieron dedicarse a dar clases de equitación, a las cuales le ponía la misma pasión que mostró durante su impecable trayectoria deportiva.
Sus mayores éxitos deportivos se remontan a los años ’60. En los Juegos Olímpicos de Tokio 1964, consiguió el segundo puesto en concurso completo, la prueba individual de tres días. Aquella plateada no fue una medalla más para el deporte nacional, ya que se trató de la única lograda por la equitación en la historia olímpica. Otro reconocimiento llegó a fines de ese año, cuando el Círculo de Periodistas Deportivos de Argentina lo distinguió con el Olimpia de Oro.
Antes y después tuvo participación en la máxima cita deportiva mundial, ya que compitió en Roma 1960 y México 1968.
Aquel segundo puesto de Tokio, detrás del italiano Mauro Checcoli, lo dejó con un sinsabor que logró sacarse un par de años después. En 1966 se adjudicó el título mundial individual en Burgley, Inglaterra, nuevamente en la prueba de tres días y montando a Chalán, el caballo que mayores satisfacciones le brindó. Además, quedó en el segundo puesto por equipos, junto a sus compañeros Roberto Pistarini, Ludovico Fusco y Enrique Sztyrle.
Todos los conocimientos logrados le permitieron dedicarse a dar clases de equitación, a las cuales le ponía la misma pasión que mostró durante su impecable trayectoria deportiva.
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