sábado, 11 de febrero de 2012

DDHH: Zanatelli y Méndez amenazaron de muerte a un testigo

Uno de los tramos más significativos de la exposición de los fiscales redundó en la participación del ex intendente Julio José Zanatelli en amenazas de muerte al testigo Carlos Marchioni, quien vio cómo uniformados ultimaban a Moreno. El mismo declaró en el expediente abierto en 1977. Y luego de eso, fue citado a la casa de un militar de apellido Moore, en el barrio Falucho, a las 4 de la mañana. Allí estaban el dueño de la vivienda, Zanatelli y Emilio Méndez. Los tres lo intimaron a no contar nada de lo que visualizó aquel día, porque de lo contrario iban a morir él y su familia. Para la acusación, quedó plasmado así el vínculo estrecho entre Méndez y los poderes de turno. Y a su vez, la intención expresa del civil de ocultar lo sucedido en la chacra de su propiedad. 

Más tarde, los doctores Romero y Silvagni pusieron énfasis en las declaraciones de otros dos testigos oculares clave, como Posal y Bulfoni, éste último vecino de la quinta de Méndez. Esos testimonios describen un panorama idéntico a los denominados centros clandestinos de detención, de lo que muy difícilmente los civiles podían estar ajenos. "Había movimiento permanente de autos particulares y militares, personal de guardia en la puerta, por la ventana de la casa se podía ver un catre metálico, una cama parada, gasas y algodones ensangrentados. Se escuchaban gritos de personas" y una vez "se escapó una pareja y fueron asesinados", develan las elocuentes declaraciones. 

Además, las inspecciones oculares sobre el lugar lejos están de respaldar los dichos de los Méndez, que negaban esa actividad ilegal al sostener que como se trataba de una vivienda precaria cualquiera podía meterse. "Las aberturas no presentaban violencia y si bien algunos vidrios estaban rotos, ningún persona podía meterse por esos orificios". Así, según el Ministerio Público, los captores "no forzaron la propiedad". 

Otro párrafo durísimo de la argumentación fiscal fue el derrotero que tomó el cadáver de Moreno, que fue entregado a los familiares en La Plata. Los informes forenses registraron signos de violencia previa a los dos disparos que tenía en el pecho, así como las huellas de tortura con picana eléctrica. También signos de haber sido vendado en la boca. 

Por otro lado, se dejaron plasmados los vínculos de subordinación de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, más precisamente de la Seccional Primera, para con el comando del Ejército, al momento donde fue denunciada la agresión contra Moreno. (fuente: la voz de tandil)



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El relato de la viuda y los hijos fue estremecedor en el día de ayer. Hay mucha información en los enlaces indicados.

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