jueves, 12 de marzo de 2009

A un año de la 125

Por Axel Delfino Hace un año las entidades gremiales de los productores agropecuarios intimaban al gobierno a entablar reuniones para discutir el cese de las retenciones a la exportación de soja, amenazando con movilizaciones y cortes de ruta. La respuesta del gobierno presidido por la Dra Cristina Fernandez fue tajante – “estamos dispuestos a dialogar de todo, menos de bajar las retenciones” . Habían transcurrido apenas tres meses de la asunción de la presidenta y uno de los sectores más importantes de la economía nacional desataba una vertiginosa escalada de oposición política sustentada en un apoyo mediático sin precedentes, donde los multimedios periodísticos más poderosos del país jugaron todas sus fichas y el prestigio de sus comunicadores estrella con el fin de instalar el tema de la demanda rural en la vida cotidiana de los argentinos. Todos opinaban sobre el campo, los oficinistas de la city, las amas de casa, los actores, en fin, un universo de compatriotas que conocían al campo por fotos o también por sus anuales escapadas vacacionales. Al mismo tiempo el país interior, ese que vive en contacto diario con el campo empezaba a “comprar” el mensaje mediático y el fantasma de las quiebras generalizadas, el éxodo a la ciudad, los cierres de comercios y fábricas con la consiguiente desocupación masiva, llenaban de preocupación a las pacificas ciudades y poblaciones de la pampa húmeda, generando en sus habitantes angustia y bronca. Todas las áreas del gobierno cerraron filas en torno a la jefa del ejecutivo. El discurso oficial hablaba de cifras y datos macroeconómicos que reflejaban una verdad indiscutible: superávit fiscal, cumplimiento de los compromisos externos, baja del desempleo y el consumo interno que no descendía. La microeconomía no sufría alteraciones, el dólar se mantenía estable pese al esfuerzo de algunos por que se dispare, la inflación según Moreno era bajísima… algo que no creía ni el propio Moreno. La oposición política veía azorada cómo empezaba a ganar terreno una nueva camada de políticos opositores, Miguens, Buzzi, Llambias, De Angelis, y un importante bloque de dirigentes ruralistas de pequeñas ciudades del interior del país empezaban a deambular por diarios, revistas, radios, pantalla televisiva, Internet etc. etc. El lenguaje de la demanda y la petición fue dejando lugar a la amenaza, el insulto, el agravio y la falta de respeto a las instituciones. Las concentraciones al costado de la ruta se transformaron en “cortes” de ruta, demorando el tránsito de los viajeros e impidiendo el paso de los camiones y transportistas de mercaderías, generando un creciente desabastecimiento en medio de una atmósfera de violencia y hostilidad. Ante la inmediatez del caos, la presidenta decidió poner la pelota en el congreso y debatir el proyecto del gobierno (la 125) en las cámaras legislativas, como debe ser, democráticamente. Y el gobierno perdió en el último minuto con un gol en contra del Vicepresidente Julio Cleto Cobos. Nacía así una nueva estrella en el mapa político argentino, El ex gobernador de Mendoza no perdió un minuto, comenzó a recorrer el país y estrechar vínculos con dirigentes de todo color político. Su popularidad creció en forma exponencial, radio, televisión, teatro, rally,… en todos lados aparecía el Vicepresidente para encender la bronca del gabinete al que el pertenecía y puso al borde del descenso. La presencia de caras extrañas en las movilizaciones fue agrietando un frente que se había mostrado sólido y homogéneo. La Dra. Carrió, el Ing.? Blumberg, los hermanos Rodriguez Saa, Macri, Solá, De Narvaez , Duhalde, y muchos más empezaron a formar fila para estar en la foto junto a Buzzi , De Angelis y Cobos. Esto hizo que la gente común empezara a cambiar de opinión, lo que era apoyo a una gesta casi romántica, alentada por los medios de comunicación y dirigentes apasionados que eran despreciados por un gobierno” insensible y centralista” empezaba a sucumbir ante las estrategias oscuras y las mezquindades de la lucha por el poder. Fue en ese agitado noviembre de 2008 cuando el dirigente de Federación Agraria, Eduardo Buzzi, en la cima de su popularidad lanzó irresponsablemente su frase matadora: “Todo sirve para desgastar a este gobierno”, poniendo en evidencia cuál era el objetivo de ese frente político gestado a la sombra de una reivindicación que muchos creyeron legítima. Aquella frase espetada por el jefe de Federación Agraria seducía a los candidatos y espantaba a la “gente”. Las concentraciones ya no eran multitudinarias, y el desgaste empezó a notarse en las filas campechanas. El gobierno en tanto apostaba al silencio, algo que muchos interpretaron como indiferencia, y esto crispaba los nervios de los protagonistas, camperos y mediáticos. Una crisis económico-financiera como nunca vivió nuestro planeta se empezaba a manifestar en los países latinoamericanos. El capitalismo se estremeció y su deterioro comenzó a evidenciarse. Llevamos al día de la fecha 4 meses consecutivos de bajas en las principales bolsas del planeta, el norte vive en carne propia una escalada inflacionaria sin precedentes, la desocupación crece en Europa y Estados Unidos. Y por casa cómo andamos? Los argentinos, que si sabemos de algo es de crisis, la venimos pedaleando. Los economistas del establishment que vienen aportando recetas desde hace 30 años volvieron al ruedo. Convocado por la crisis, Domingo Cavallo llegó a Ezeiza y fue recibido con un escrache similar al que recibió en Londres, aún así no ahorrró diatribas contra la gestión del gobierno, y sus discípulos consultados por el “ periodismo independiente” aconsejaron como siempre: recortar el gasto público, llevar al dólar a 4.50.- quitar las retenciones y acercar posiciones al F.M.I ¿? En tanto el Gobierno decidió medidas totalmente opuestas. La estrategia gubernamental apuntó a defender el empleo con un ambicioso plan de obra pública, abrir canales de diálogo con todos los sectores de la producción y promocionar el mercado interno con planes de facilidades para adquirir autos 0Km, Heladeras, lavarropas y bicicletas que contra lo que algunos denostaban tuvieron una repercusión tal que ya se anuncia una segunda etapa. El 2009 tuvo su primer punto de inflexión con la inauguración del período legislativo, allí la presidenta Cristina Fernández se explayó en cifras mas que positivas acuñadas en los últimos 6 años de gestión kirchnerista que son muy difíciles de discutir para la oposición. Con pocos anuncios y un llamado casi lacónico a todos los sectores a discutir y debatir con respeto y sin agravios proyectos superadores para enfrentar una crisis que nos va a golpear durante el año que corre, el gobierno quiere mostrar un perfil diferente, mas conciliador, acusando las críticas por su aislamiento . La vuelta al diálogo con la resquebrajada representación ruralista generó optimismo y devolvió la atención pública hacia el sector de la producción agropecuaria. Esta vez la mesa se agrandó y contó con una presencia inesperada, la presidente estuvo en la reunión y los avances en la discusión prometen acuerdos inminentes para la agricultura, la ganadería, lechería y economías regionales. Será cuestión de vencer las desconfianzas y demostrar grandeza ante una situación agravada por un marco internacional impredecible del cual ni Argentina ni la región saldrá indemne. (infodiarioazul)

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