domingo, 20 de julio de 2008

Alumnos de la Escuela Normal y Media 3 visitaron a René Lavand

Continuando con el plan de mejoramiento e innovación en las prácticas educativas un grupo de alumnos de la Escuela Normal ( 3ª año Lenguas Extranjeras del turno tarde) y de la Media 3 República del Ecuador, a partir del proyecto de la profesora Graciela Elcarte en el área de Lengua y Literatura, y junto a las profesoras Angélica Peñin y Silvia Castiglioni compartieron un día en la vida de René Lavand; ese ícono de la ilusión en el juego de las cartas.

Rodeados de una naturaleza esplendorosa-e inusual- para ésta época de fríos invernales en el valle donde se asienta nuestra ciudad, y cobijados por la paradisíaca cabaña de madera donde vive el personaje y su señora, en la antigua zona del Manantial de los Amores- hoy UNCAS- alumnos y profesores compartieron una experiencia “alucinante” al decir de los chicos y sumamente instructivo como hecho pedagógico junto al maestro Lavand.

Tandilense por adopción-nacido en capital federal- a los 14 años vino y se quedó para siempre en Tandil “la más plácida y hermosa ciudad para vivir”, al decir, de un trotamundo, conocedor de lugares inimaginables para la mayoría de nosotros. Su verdadero apellido es Lavandero. En el año 1946 se recibió en la Escuela Normal de bachiller. Tal vez el egresado más famoso en el mundo de nuestra querida institución.

La idea- de un encuentro con René- surgió en las clases de Lengua y Literatura de la docente Graciela Elcarte, con la lectura del libro del escritor argentino Guillermo Martinez “Crímenes imperceptibles”. El autor es un ferviente admirador de Lavand, y le dedica todo un capítulo de su obra a la figura de nuestro ilustre vecino.

Unir la lectura de la novela con sus personajes es un atractivo imperdible para cualquier lector. Esa experiencia en el ámbito escolar es imborrable en la vida de los alumnos y profundiza de manera inimaginable la formación escolar y la experiencia pedagógica.

La docente les propone a sus alumnos un proyecto de declarar ciudadano ilustre de Tandil a Lavand, y surge naturalmente verlo en persona. René los invita a visitar su casa.

Entre anécdotas y ramalazos de su intensa vida de ilusionista con las cartas; su encuentro con David Cooperfield “admirador del arte de René” y el relato casi aventurero de su experiencia en Colombia con el Cartel de Medellín , se fue pasando un día de intensas emociones en adolescentes ansiosos de propuestas simples pero creativas para su escolarización formal. Se despidieron con un “hasta cualquier momento”. La vida tiene esos misterios. Uno nunca sabe cuando vuelven esos momentos mágicos que pasamos en la adolescencia y que nos quedan grabados para siempre en el arcón de la memoria. Tal vez en la vuelta de la esquina nos reencontramos con el vecino Lavandero y sus ilusiones…

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