domingo, 30 de diciembre de 2012

Saludos y Novedades del Indio para el 2013 (del Blog Redonditos de Abajo)



Lo hizo mediante un comunicado que difundió por internet. "Estoy atareado en un nuevo trabajo discográfico que será expuesto allá por Mayo, que no se llama "El Delito Americano" y que será el prólogo de los conciertos de fin de año", señaló el artista. De este modo, saldrá a la calle su cuarto disco solista después de El Tesoro de los Inocente, Porco Rex y El Perfume de la Tempestad.



Estimados Redonditos de Abajo, compartimos las palabras que nos hizo llegar el Indio
y al mismo tiempo aprovechamos para informar sobre algunas novedades para el 2013. 


Me permite este portal, una vez más, tener un contacto genuino con quienes resuenan
con mi música y sostienen mi proyecto todo.
Desde este sitio les envío entonces un abrazo cariñoso y agradecido, además de mis
deseos de felicidad para el año que comienza.

Salud Redonditos de Abajo!


 
Y en cuanto a las novedades y aclaraciones, el siguiente texto


Estoy atareado en un nuevo trabajo discográfico que será expuesto allá por Mayo,
que no se llama "El Delito Americano" y que será el prólogo de los conciertos de fin de año.

Gracias
Indio

viernes, 28 de diciembre de 2012

La Sociedad Rural, un caso de morosidad al mejor estilo de "niño bien" que no paga las cuentas

La seguridad jurídica y la recuperación del predio de Palermo






Por Norma Giarracca * y Enrique Viale **
De las entidades corporativas del agro, la Sociedad Rural Argentina (SRA) es la que se ha ganado el peor prestigio por las conductas económicas y políticas que desarrolló a lo largo de su historia. Sin embargo, pocos saben que sus fundadores tuvieron objetivos de tecnificación del ganado ovino, que se sentían productores de “punta” y que el primer socio honorario fue Domingo Faustino Sarmiento, quien profesaba una gran admiración por el espíritu “tecnológico emprendedor” de este grupo de ganaderos.

Por esta admiración que sentían los gobiernos liberales de la época, entre las presidencias de Sarmiento y Avellaneda se le entregó temporariamente el predio de Palermo –que era parte del Parque 3 de Febrero– para “celebrar exposiciones y ferias”, según enuncia el contrato de cesión temporaria. Las sucesivas prórrogas de esta cesión fueron llevadas a cabo por el Congreso de la Nación o por los gobiernos dictatoriales dando cumplimiento a la medida donde se subrayaba un lugar “situado en el parque de Palermo”.

El poder económico y político que fueron capaces de generar estas pocas miles de familias ganaderas, que obtuvieron fundacionalmente sus territorios de manera espuria en el saqueo iniciado por Julio A. Roca, se enfrentó con los gobiernos democráticos y terminaron culpando de su propia decadencia relativa a la intervención del Estado a partir de las primeras décadas del siglo XX. La agricultura había encontrado su lugar tanto en el mercado internacional como en el interno a medida que se lograba la industrialización sustitutiva de importaciones. Los ganaderos se comportaron siempre como una elite que podían marcar las políticas públicas mientras que los agricultores –inmigrantes y criollos– reclamaban por la tierra que les arrendaban.

La SRA mantuvo una conducta antidemocrática durante toda su existencia y eso queda registrado en su intervención en los grupos golpistas que derrocaron el gobierno del tercer peronismo, por ejemplo. Se habían sentido amenazados por las políticas del presidente Perón y el secretario de Agricultura ingeniero Giberti y prepararon la política para mantener sus privilegios con uno de sus mayores representantes, José Martínez de Hoz, como ministro de Economía en los primeros años de la ominosa dictadura militar de 1976-1983.

No regresaron a la democracia en 1983 con el fervor y alegría de casi todo el país. La relación con el presidente Alfonsín fue tensa, con momentos de mucha gravedad. Pero con Carlos Menem y el “ex procesista” Domingo Cavallo, sus problemas se fueron solucionando poco a poco. El gobierno de Menem, desconociendo todos los antecedentes, procedió a efectuar una “venta” por decreto; es decir un parque público de 12 hectáreas lo vendió como un “inmueble de dominio privado del Estado Nacional innecesario para su gestión”. Fue el 20 de diciembre de 1991 –poco tiempo después del decreto nacional de desregulación económica que tanto complicó a los agricultores argentinos– cuando “vendió” ese predio a un precio ridículo de 30 millones de dólares y en cuotas, gran parte de las cuales siguen impagas. La resistencia a este acto de corrupción vino de la mano de la Asociación Amigos del Lago de Palermo, que denunció penalmente esta acción que derivó en un proceso penal, que aún subsiste, contra directivos de la SRA y decenas de funcionario públicos, incluyendo al ex presidente de la década de los ‘90 y su ministro de Economía Domingo Cavallo. El fiscal de la causa consideró que la operación era un “vergonzoso fraude”.

Mientras tanto, la SRA se apuró en sus negocios violando el Código de Planeamiento Urbano que zonifica al predio en Urbanización Parque (UP); es decir, “destinada a espacios verdes y parquización de uso público”. En 1997/1998 el GCBA autorizó obras prohibidas y en el año 2004 se firmó un convenio con la SRA mediante el cual se pretendía autorizar nuevas obras también en franca contradicción del Código de Planeamiento Urbano. Como señala el abogado Pedro Kesselman, pionero en esta lucha, los sucesivos gobiernos porteños convirtieron al predio de La Rural en una suerte de territorio extranjero que manejaba sus propias normas, sin respetar ninguna de las normativas de uso del suelo. Allí se hicieron recitales, carreras de autos, fiestas, casamientos, en suma toda clase de eventos, ninguno de ellos permitidos por la zonificación que el predio posee.

Seguridad jurídica no es sólo para las grandes empresas o para los que detentan el poder, también lo es para la ciudadanía en general de no ver consolidado en el tiempo una situación jurídica irregular, con un grave perjuicio colectivo al patrimonio público y al interés general. Su recuperación es una reivindicación histórica del país digno, trabajador, agricultor, campesino, de pueblos indígenas, estudiantes, etcétera. Por ello es que, sin perjuicio de la conservación de sus pabellones históricos, deben eliminarse las construcciones y actividades ilegales, integrando este predio al Parque 3 de Febrero –como nunca debió dejar de serlo– con una real, activa y amplia participación de quienes lucharon durante estos más de veinte años por la defensa del patrimonio público.

* Titular de Sociología Rural de UBA.

** Abogado ambientalista.
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-210622-2012-12-26.html

Para la Corte Suprema, están vencidos los plazos de adecuación de Clarín


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La Corte Suprema rechazó el per saltum y exhortó a la Cámara a que se expida sobre la constitucionalidad de dos artículos de la ley de medios. Además, extendió la cautelar y aclaró que el Grupo Clarín tiene el plazo vencido para desinvertir. 
http://www.er24.com.ar/wp-content/uploads/2012/07/corte_suprema.jpg
Por Enrique de la Calle I La Corte Suprema decidió ayer que no aceptará el per saltum solicitado por el Gobierno Nacional, mientras decidió extender la medida cautelar en favor del Grupo Clarín hasta que se decida la cuestión de fondo en el tema que involucra a dos artículos de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. De este modo, la pelota está en la cancha de la Sala I de la Cámara Civil y Comercial que deberá expedirse luego de que el juez en primera instancia, Horacio Alfonso, diera validez a los artículos 45 y 161, objetados por el multimedios. La Cámara está integrada por María Susana Najurieta, Ricardo Guarinoni y Francisco de las Carreras, éste último cuestionado por haber viajado a Miami financiado por la empresa.
Los artículos en cuestión representan uno de los ejes centrales de la ley de Medios, es decir, su perfil antimonopólico. El 45 limita la cantidad de licencias que un grupo puede tener y el 161 establece el plazo para adecuarse a la normativa (un año). Hasta el momento todas las empresas excedidas, menos Clarín, presentaron sus propuestas de desinversión que deberán ser evaluadas por la Autoridad de Aplicación (AFSCA).   
Sin embargo, no todas fueron buenas noticias para el principal grupo de medios de Argentina. Porque la Corte especificó lo que había señalado en un fallo de mayo de este año. Es decir, que los plazos para desinvertir voluntariamente vencieron para Clarín el 7 de diciembre. Ahora esos tiempos están suspendidos por la cautelar: cuando ésta concluya, comenzará a regir la transferencia de licencias de oficio. Excepto que se estableciera la inconstitucionalidad de los artículos 45 o 161, lo que no parece estar en el horizonte de los magistrados. 
En una resolución anterior de la Sala I, los togados habían señalado que el plazo de un año comenzaba a regir para el multimedios desde el momento que hubiera una sentencia firme sobre la cuestión de fondo. Ahora, la Corte dejó en claro su postura al respecto: "En ese punto (refiere a lo dispuesto por la Cámara Civil y Comercial) se verifica un apartamiento de lo expresamente decidido por esta Corte en el pronunciamiento de mayo de 2012. (...) El plazo de adecuación a las disposiciones de la ley estaba vencido el 28 de diciembre de 2011, por lo cual aquella resulta plenamente aplicable con todos sus efectos a partir del cese de la medida cautelar".
En otro párrafo, los cortesanos exhortaron a la Cámara a expedirse "dentro de la mayor brevedad posible", lo cual no implica tiempos determinados pero tampoco permite a ese tribunal dilatar demasiado los plazos (si así lo entendiese, el Gobierno podría apelar). Los que conocen los pasillos de Tribunales creen que la Sala I emitirá su fallo a más tardar en febrero. Luego, vendrá la apelación de la parte que se vea afectada y finalmente definirá la Corte Suprema en marzo o abril, como mucho. Si los artículos 45 y 161 son constitucionales, Clarín tendrá los plazos vencidos y habrá comenzado la transferencia de oficio que el AFSCA ya notificó al Grupo hace unas semanas. Los tiempos para el multimedios empiezan a acortarse.

Fuente de la nota: Agencia Paco Urondo  

jueves, 27 de diciembre de 2012

2013: ¿Que se puede hacer con la Inflación?



Pablo Tonelli, economista
En primer lugar voy a señalar lo que entiendo es un hecho evidente: No se puede crecer sin inflación. La evidencia empírica de los procesos de desarrollo en economías periféricas al centro capitalista mundial, desde las últimas décadas del siglo veinte a la actualidad, lo confirma. Tomemos como ejemplo los tigres asiáticos – Corea - o Filipinas e Indonesia. O más recientemente China y más atrás Brasil y México.
Dicho esto ¿En qué nivel del proceso inflacionario aparece un problema, es decir un obstáculo al crecimiento y la distribución progresiva del ingreso?
Veamos. Según cita el economista argentino Guillermo Gigliani ”Pollin y Zhu (2005) dieron a conocer un estudio empírico sobre la relación entre inflación y crecimiento en el período 1961-2000 para 80 países que fueron agrupados en naciones de la OECD, naciones de ingreso medio y naciones de ingreso bajo”. Para dichos autores “el nivel en el cual la inflación se convierte en negativa para el crecimiento económico está en la franja del 15/18 % anual”. Por otra parte, Alfredo Zaiat en su libro “Economía a contramano” en el capítulo dedicado a la inflación cita a Michel Bruno y William Easterly, autores que en una publicación editada por el Federal Reserve Bank of St.. Louis afirman “que inflaciones mayores al 40 % afectan el crecimiento económico, mientras que por debajo de ese umbral no existe evidencia que menor inflación esté correlacionada con mayor crecimiento”.
Frente a esto, el último Documento del Plan Fénix “La cuestión inflacionaria en la Argentina” señala que el patrón de crecimiento de la actividad productiva presenta dificultades. ”Entre ellas, un proceso inflacionario que se ha iniciado un quinquenio atrás y que, si bien muestra un ritmo administrable, alcanza hoy índices superiores a los deseables”. Y agrega “la inflación ha vuelto a instalarse como una cuestión central entre las preocupaciones sociales y exige de medidas eficaces para su morigeración y control”.
Suscribo la opinión del Plan Fénix, que elegantemente indica “un nivel de inflación superior a lo deseable”, refiriéndose a la actual situación en Argentina ¿Por qué?
En una nota anterior sobre el tema afirmé que la inflación constituye un problema para nuestra política económica. En primer lugar, porque afecta un tema muy sensible para el futuro del crecimiento que es el tipo de cambio. El tipo de cambio real, que es el que consideramos, surge de comparar la cotización oficial de nuestra divisa contra el dólar (digamos 4,90) multiplicarla por los índices de precios de EEUU y dividirlos por el índice de precios de la Argentina. De la misma forma hacemos lo propio con las otras monedas con las cuales comerciamos (reales, euros, etc.) En la medida que la inflación local sea considerable y persistentemente superior a la inflación internacional el tipo de cambio se aprecia en relación con estas monedas y la economía pierde competitividad externa, es decir resulta más caro vender al exterior, sobre todo en el sector industrial.
Los salarios formales y posteriormente las jubilaciones mínimas se han incrementado por encima de la inflación, se mida ésta como se mida.. Para ello han contribuido la puesta en vigencia de las paritarias y el ajuste semestral del haber jubilatorio. No han sido los trabajadores formales quienes la han padecido, pero los costos del salario en dólares se han incrementado también, por el efecto que mencioné al inicio y esto complica centralmente a las pyme nacionales y a las producciones regionales. No obstante hagamos la salvedad que menciona el documento del Plan Fénix…”Además de los conocidos impactos que todo proceso de este tipo (inflacionario) tiene sobre los perceptores de ingresos fijos - como es principalmente el caso de los trabajadores asalariados - la inflación estrecha el horizonte de decisión de las personas y las empresas, desestimando la toma de riesgos a plazos largos”. Los asalariados no formales pierden frente a la inflación y el costo de la canasta básica alimentaria crece a un ritmo superior a los precios al consumidor de todo tipo, lo que afecta a todos los asalariados en general. A eso se refiere ese documento Las decisiones de tomar riesgos tienen que ver con las decisiones de inversión.
¿Cuáles pueden ser las medidas eficaces para morigerar y controlar la inflación que enuncia el Plan Fénix? Para la ortodoxia económica la inflación es un fenómeno monetario, debido a la emisión de moneda por parte del BCRA, al déficit fiscal y a los excesos de la demanda que se manifiestan en un consumo que no puede ser satisfecho por la oferta productiva. Las medidas para combatirla son los tradicionales planes de ajuste, que congelan salarios para contener el consumo, reducen el gasto público de todo tipo, particularmente el gasto social como vemos en la Europa en crisis, y reducen el volumen de la emisión monetaria para que la actividad económica se contraiga. Me atrevo a sostener que darían resultado, contra la respetable opinión en contrario de destacados economistas como Julio Olivera, que extensamente ha argumentado contra la falacia de los ajustes recesivos, tomando como caso de estudio la década del ochenta en nuestro país. Yo creo que esta coyuntura es diferente. Pero la tasa de inflación se reduciría drásticamente junto con el salario, el empleo, el crecimiento y la actividad industrial. El remedio sería peor que la enfermedad.
Adhiero a una explicación pluricausal para la inflación argentina. De ese diagnóstico uno puede deducir las líneas de acción a seguir con el objeto de moderar y regular su ritmo preservando el crecimiento y la distribución del ingreso .Actúan en el presente tres factores centrales, que son a mi juicio: La persistente alza de los precios internacionales de los productos agrícolas, moderados parcialmente en lo interno por las retenciones a las exportaciones, y de los precios de los insumosindustriales más difundidos, que fijan su precio también internacionalmente y repercuten sobre los costos de la industria. (Como se ve, aquí no hay ningún fenómeno monetario vinculado a la emisión que se vincule a este hecho). La puja distributiva entre salarios, ganancias y rentasLa devaluación del tipo de cambio oficial, que ha incrementado (afortunadamente) su ritmo y no actúa como ancla de los precios, lo que sucedió en los últimos años a partir del 2009. El financiamiento monetario del déficit fiscal, que tal como desarrollé en una nota anterior sobre la inflación  adhiero a  una reflexión proveniente de un marxista argentino, Rolando Astarita.
Reflexión que comparto y es fuertemente criticada por muchos compañeros y amigos heterodoxos postkeynesiano: Cuando aumenta la circulación monetaria para cubrir déficit fiscales esa emisión es inflacionaria, pero no porque se esté comparando una mayor masa de dinero en relación con cierta masa de mercancías, como afirma la teoría cuantitativa ortodoxa del dinero, sino porque aumenta la cantidad de signos monetarios en relación con el dólar, dinero divisa que es el respaldo y la validación última de la producción, que constituye la verdadera reserva de valor como moneda para los capitalistas locales, más allá de los esfuerzos  para pesificar la Economía.
¿Cómo combatir las distintas fuentes multicausales de la inflación, según el diagnostico de esta nota?
El alza de los alimentos de consumo popular derivada del incremento de los precios internacionales se combate con controles de precios. No todos los precios. Los precios claves que inciden en la canasta de consumo.
En relación con la puja distributiva, tal como afirman Amico y Fiorito, dos economistas argentinos ”Como existe una clara asimetría de poder entre trabajadores y empresarios, es preciso que el Estado regule la dinámica de formación de precios, incluyendopolíticas de ingresos que coordinen en el tiempo metas explícitas, el ritmo de crecimiento de la inflación, las mejoras de empleo y productividad y las sucesivas mejoras salariales a fin de incorporar explícitamente la recuperación de los ingresos salariales perdidos y una mejora real de la situación distributiva de los trabajadores”.
El alza del tipo de cambio debe ser consistente con la expectativa de inflación esperada. En relación con el financiamiento del déficit fiscal, este debe tender a anularse con una reforma impositiva que capte las rentas y las ganancias y no se centre en el tributo al consumo, a la vez que refinanciando y no pagando el capital de la deuda externa emitida en pesos.
No se puede crecer sin inflación, dije al inicio de esta nota. Lo importante no es la eliminación de ésta sino su regulación y moderación. La experiencia histórica y la rica experiencia argentina (el 52, el 73, para mencionar estrategias de acuerdo de precios y salarios bajo el peronismo) muestran sus dificultades y tensiones, pero también su factibilidad.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Un fin de año y los desafios que se le presentan al Peronismo

Postal de la Navidad de 1949 
Se termina el 2012. Un año harto complicado, que supimos llevar-a pesar de los errores cometidos-con decisión y al menor costo social y económico posible. No somos perfectos, somos humanos. El peronismo que saco el país del caos y la degradación a que nos había llevado el gobierno radical, seguirá adelante con su programa de más felicidad y grandeza para nuestro pueblo y para la Nación ante un mundo que se debate  en los dilemas que el neoliberalismo dejó en la década del 90. Nosotros iniciamos un camino original y heterodoxo, y en esa huella debemos seguir. Tenemos un 2013 que nos depara grandes desafios políticos y económicos. Las elecciones para renovar parcialmente a los Legislativos Nacionales y Provinciales nos indicaran  la medida de nuestros aciertos y errores. Nuestra economía crecerá al compás de lo que pase en la región y fundamentalmente en Brasil. El panorama es positivo. Eso lo podemos ver en el incremento de las acciones de guerra-de baja intensidad-que vienen desarrollando los intereses que se oponen a nuestro progreso. Debemos persuadir a los tibios y a aquellos compañeros que hoy perdieron el rumbo y son furgón de cola de la derecha macrista. La pelea es por las ideas. Felices Fiestas

domingo, 16 de diciembre de 2012

Fragata Libertad y Ley de Medios: El kirchnerismo se anota todos los triunfos porque queda solo en la pelea



El ala izquierda de la Unión Democrática demuestra que su vocación es consolidar un 4% y quedarse al margen de la historia


La Fragata Libertad es más que la Fragata Libertad, así como en monopolio Clarín es más que el Monopolio Clarín. Son dos casos testigos de los sectores que pugnan por la persistencia de la Argentina normal: es decir de la Argentina postrada por la alianza entre los sectores del poder internacional y sus aliados internos. Son exponentes directos de los que se aliaron para humillar al pueblo durante más de medio siglo en dictaduras cívico militares, endeudamiento exhorbitante, acción psicológica para debilitar a los gobiernos democráticos, represión de las organizaciones sociales, extorsión continua a un poder civil claudicante, destrucción de los puestos de trabajo, imposición de los poderes de facto sobre la voluntad popular.

No es raro que la derecha quiera que un gobierno democrático fracase al enfrentarse a esos poderes fácticos tan concretos.

Es escandaloso que la presunta izquierda, el presunto progresismo y los presuntos partidos populares se aparten de estas peleas cuerpo a cuerpo con el poder económico concreto, bajo el pretexto de todo lo que el kirchnerismo no ha hecho o de lo que hizo mal.

Por eso estos son días aciagos para los que miran la historia de afuera, deseando que al gobierno le vaya mal: el kirchnersimo se anotó dos grandes triunfos en dos días, contra enemigos muy poderosos. Por eso, estos días son de fiesta para el pueblo argentino: porque tiene un gobierno que apuesta a pelearla frente a esos enemigos, mientras a izquierda y derecha esperaban relamiéndose que el gobierno fracasara, para volver pronto a la "Argentina Normal" es decir: a la Argentina claudicante y postrada.

Después los Moyano, Lozano, Solanas, radicales, socialistas, peronistas "disidentes" dicen que el kirchnerismo coopta las luchas legítimas para beneficiarse políticamente. Deberían reconocer que los K la pelean solos. Y por ende la ganan solos. El kirchnerismo se hace cargo de las peleas. Comete errores, se contradice, tiene que enmendar sus anteriores alianzas indeseables PERO LA PELEAN.

Una vez más se muestra las razones por las que la pseudo izquierda y los pseudo progresistas no pinchan ni cortan desde 1945 hasta hoy: porque en el momento de luchar se borran o directamente se alían al enemigo. 

La indiferencia ante la pelea cuerpo a cuerpo con los Fondos Buitres y con Clarín de parte de los troscos, el FAP CTA-Lozano, Donda, Solanas, la UCR, el "Socialismo" y otros similares muestran quetodavía son la Unión Democrática. El ala izquierda de la Unión Democrática, que demuestra que su vocación es consolidar un 4% y quedarse al margen de la historia. Y se quedan para siempre afuera de la historia. 

El kirchnerismo se anota todos los triunfos porque no porque va por todo, sino porque la pelea solo.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Economía: Discutiendo sobre las restricciones externas



Pablo Tonelli. economista
Qué bárbaro sería que uno pudiera emitir dólares” dijo la Presidenta Cristina Kirchner, flanqueada por el Nobel Joseph Stiglitz, recientemente.
Dado que esto, desgraciadamente, es imposible, la carencia de divisas para sostener el proceso de desarrollo ha sido un tema recurrente de la política económica argentina.
En los años de la primera etapa de la sustitución de importaciones, allá por los cincuenta y los sesenta, dicha crisis se conoció como el fenómeno de “stop and go”. En líneas generales implicaba que las divisas, generadas centralmente (en un principio exclusivamente) por las exportaciones del sector primario exportador, resultaban insuficientes para sostener el desarrollo industrial. Lo que se traducía, finalmente, en una fuerte devaluación, con sus conocidas consecuencias sobre el mercado interno y los salarios, que provocaban un “ajuste” de la actividad económica (el stop) para luego, (no sin antes sufrir fuertes consecuencias) relanzar el proceso productivo (el go). Y así seguir.
En los años setenta y con un impulso sustitutivo de importaciones de nuevo signo esa dinámica, como afirma Alfredo Zaiat,”se hizo más compleja al incorporar el flujo de capitales internacionales”. Eso quiere decir que los desequilibrios comenzaron a financiarse con deuda externa, lo que ocasionó la crisis de la deuda de los años 80 y sus numerosas refinanciaciones con un crecimiento prácticamente nulo (stop de una década). En los noventa la extranjerización de la economía y el crecimiento (el go) se financiaron con endeudamiento externo hasta el colapso de la Balanza de Pagos que marcó el fin de la Convertibilidad (gran stop).
La extraordinaria expansión de la economía argentina de 2003-2011 hizo pensar que la restricción externa, como en el tango, era “un fantasma del viejo pasado”. Hasta que a fines de ese año (2011) la cuenta corriente de nuestra Balanza de Pagos quedó prácticamente en cero.
El economista argentino Fabián Amico afirma: “Desde los años 90, gracias a la apertura de la economía, cambió el patrón importador de la industria. Antes, cuando la inversión en la industria crecía, eso hacía crecer en buena medida la producción nacional de bienes de capital e insumos; hoy, tras la apertura importadora de los 90, cuando la inversión crece, aumentan más que proporcionablemente las importaciones de bienes de capital e insumos importados
Sintetizando, un poco esquemáticamente: en los 50, 60 y 70 (años de sustitución de importaciones y apoyo a la industria) las divisas que provenían del sector primario exportador eran insuficientes para sostener el proceso de desarrollo industrial sin alteraciones. El sector primario exportador (proveedor de los dólares) estaba estancado. En la actualidad (reinicio del proceso sustitutivo e industrializador como objetivos) con un sector exportador dinámico y buenos precios internacionales tenemos la restricción adicional de la ruptura de los eslabonamientos productivos en la industria y la desaparición de sectores enteros productores de insumos y bienes de capital nacionales. Este es el problema de la restricción externa hoy.
Como bien afirma Amico “esta situación puede legitimar los viejos diagnósticos ortodoxos”. Crecen las voces a favor de revalorizar la producción primaria en la que se tiene “ventajas comparativas” y se sugiere abandonar una industria “ineficiente”. Siguiendo a Amico “las mayores importaciones constituirían la manifestación de un “exceso de demanda” interno”. De ahí se pasa al ajuste, para la ortodoxia, inevitable.
¿Es posible evitar este desenlace? Mi respuesta es afirmativa.
Para ello como bien afirman Martín Schorr y Andrés Wainer, economistas de FLACSO. “La Argentina enfrenta dos problemas estructurales relacionados pero de índole diferente. Por un lado evitar que se produzca un estrangulamiento externo que pueda restringir o incluso revertir la expansión de la economía. Pero también se encuentra pendiente la cuestión del desarrollo y la competitividad en los sectores de la producción tecnológicamente más avanzados”.
El primer problema estructural es atacado por la estrategia del control de cambios y el régimen que llamo de “inconvertibilidad” del peso. Evitar a toda costa la fuga de capitales. Exitoso. Ahora bien, dado que el propósito de esta nota es discutir la política económica, me voy a referir a sus límites.
El segundo problema estructural se ataca con una clara política industrial. Aquí las falencias son más notorias y el problema mucho más complejo. Sumemos a esto el problema energético, pero vayamos por partes.
El estrangulamiento externo se ha evitado en primer lugar restringiendo la compra de dólares al máximo (racionándolos) y su éxito se mide en las Reservas acumuladas en el BCRA y en el superávit de la Balanza Comercial, es decir la diferencia positiva entre lo que exportamos e importamos. Reitero: Esta política cumplió exitosamente sus objetivos. Para ello se prohibió atesorar en dólares oficiales vendidos por el BCRA,  se controla fuertemente el saldo que se permite adquirir para turismo y existe una administración de las importaciones guiada por el principio de reducir el coeficiente de importaciones sobre el producto (es decir, que baje el total de lo que se importa en relación con lo que se produce).
¿Qué costos se pagaron?  El más notorio es que se afectó una variable clave para el crecimiento: La tasa de inversión ¿Por qué? Porque las restricciones a las importaciones de insumos y bienes de capital le pegaron fuerte a un proceso de crecimiento que ya venía desacelerándose. Además la necesidad de que el importador industrial de insumos para sus productos compense con exportaciones de cualquier índole, por ejemplo arándanos, las divisas que consume en su actividad, puede darse sólo en un momento puntual, no puede ser una política. El BCRA sostiene la imprescindible acumulación de reservas y para lograrlo se acota al máximo la transferencia de utilidades de las empresas al exterior en el marco de una economía fuertemente extranjerizada y se busca que dichas utilidades sean reinvertidas y no distribuidas a los accionistas.
La clave que une a los dos problemas estructurales mencionados es la ausencia de una estrategia de crecimiento industrial de largo plazo. Esfuerzo que lleva tiempo, calidad en los recursos humanos, coordinación de diferentes áreas, firmeza y claridad en la acción estatal, volcar la capacidad de  producción de tecnología nacional en el desarrollo de los procesos productivos.
Estos problemas se ven hoy con claridad. No eran parte de la agenda y las prioridades en el 2003 ni en el 2007.. Ni en el 2009, en que la aguda crisis internacional nos golpeó de lleno. El agotamiento de las divisas para sustentar el desarrollo fue el síntoma que apareció en el 2011. En realidad son los hechos los que obligan a repensar las políticas. En 1952 la modificación del escenario nacional e internacional obligó al primer peronismo a repensar los objetivos del 1er. Plan Quinquenal que finalizó en 1951 y lanzar otro en 1953 con considerable retraso (Marcelo Rougier, La Economía del peronismo) e importantes modificaciones.
Ahora bien, el Secretario de Comercio y la Presidenta del BCRA no cuentan con una estrategia de sustitución de importaciones que privilegie objetivos sectoriales. Con lo cual se aplica el criterio de caja, simple y brutal. Tampoco tienen una alternativa a una Ley de Inversiones Extranjeras y a 59 tratados de Protección de Inversiones que aseguran la irrestricta movilidad de capitales, que no habilitan a hacer otra cosa más  que tratar caso por caso con las multinacionales y los grandes grupos locales.
Es entonces el Plan de Desarrollo la asignatura pendiente.  El que proporcione los indicios de largo plazo y los lineamientos para actuar en la coyuntura. Ahora que se hace visible como dice Amico que “la economía argentina aparece como una máquina vieja e ineficiente en el uso de divisas, ya que cuando funciona a altas velocidades pierde buena parte de su combustible”.
Lo de combustible también puede ser tomado literalmente. Sigo con Amico “las importaciones de combustible han aumentado persistentemente su incidencia en las importaciones totales desde comienzos de los años noventa, tendencia que se aceleró en los dos últimos años”, para llegar a constituir cerca del 13 %  de las importaciones totales según Héctor Valle, director de YPF.
La decisión estratégica tomada por el Gobierno fue la renacionalización de la empresa petrolera mayor, YPF, cuando la situación de nuestra Balanza de Pagos, fuertemente influida como dije por las importaciones de combustibles se tornó crítica. No obstante llegar al autoabastecimiento energético demandará tal vez un quinquenio. Y si se desea avanzar hacia esta meta con exploración, explotación y refinación sin encarecer brutalmente el costo de las empresas y castigar duramente el uso domiciliario, se necesita armonizar el despliegue de los subsidios a su consumo interno en el marco del Plan de Desarrollo fijado.
Los momentos históricos no se eligen ni están predeterminados en ninguna lógica. Los momentos históricos se transitan para bien o para mal.
Fuente: El Blog de Abel
Nota del Director del blog: Tanto Pablo como Abel fueron viejos compañeros de militancia en los finales de los sesenta y la década del 70.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Luis María Macaya: ¿A los peronistas no les dice nada ?


Estaban festejando los 25 de la asunción de Luis María Macaya como vicegobernador, en un acto que organizó SMATA, en su sede, con una parte del arco del peronismo local.  Pusieron una placa y recordaron al dirigente.  Ese recuento de los aciertos de ayer podría haber sido también una descripción incómoda de los errores de hoy.  Pero, finalmente, se trató de un acto, una parada rápida en un viaje vertiginoso al desencuentro, donde las cortesías de la formalidad impusieron sus condiciones y posibilitaron la foto.
“Esto de los homenajes se está haciendo común”, dijo también el diputado nacional y amigo de Macaya. 
Nuevamente sus palabras salieron disparadas en doble sentido.  Los homenajes, cuando abundan  también pueden hablar de un presente que reclama, por ausencia, esa gesta que se añora.
La referencia a Macaya ha pasado a ser un ejemplo de construcción política y de renovación a una explicación simple y engañosa de las imposibilidades de hoy.  Las virtudes del hombre de De la Canal parecen hoy un detalle de lo que falta (en lo individual y en lo colectivo) para ejecutar el mandato principal de la política: ganar el poder para transformar la realidad.
Como en los relatos heroicos tradicionales, la historia se simplifica y se lee a la luz del presente.  Entonces es común escuchar los recuerdos –en clave de lamentos- de esa época dorada que invariablemente se aleja.  Es común la referencia a esa conducción que no aparece, ese liderazgo liberador, claro y efectivo que tendría que llevar nuevamente al peronismo de Tandil a ocupar el poder el Tandil y la conducción en la Quinta Sección.
Es tan común escuchar ese anhelante llorisqueo como  evidentes las diferencia entre los que por esos tiempos componían el arco peronista local y los que lo componen hoy.  A diferencia de esos pequeños “laburantes” de la política, con ambiciones de conjunto, con nada en sus manos y todo por ganar en lo personal y en lo colectivo, hoy, el peronismo de Tandil tiene entre sus filas mucho “medio pelo” dirigencial, mucho sobreprecio y vedetismo.  Los trabajadores de la militancia y la gestión se volvieron “autónomos” cuando no “empresarios” de la cosa pública. 
La máxima que impera desde un tiempo a esta parte es “si no gano yo, que no gane nadie”.  En esa lógica “antimonopólica” del poder, que es la antilógica del poder, cada quien hace su propio juego.  Y el mejor juego para todos se da cuando nadie se impone a nadie.  Esto es: la disgregación del mandato. 
No se trata simplemente de esconder las diferencias.  Se trata de metabolizarlas en un organismo complejo que admite cierta elasticidad antes de la fractura. 
El peronismo de Tandil ha perdido más que algunas elecciones.  Ha perdido su ambición de poder.  Y el poder es el primer objetivo de la política.  Sin poder no hay transformación.  Sin transformación no tiene razón de ser ninguna ideología ni pensamiento político.  Y paralelamente, a esa pérdida de ambición colectiva se dio un crecimiento desmesurado de la ambición personal, una privatización de los objetivos, una apropiación de lo comunitario que tiene la política y sus movimientos.
Acordar por el 70 por ciento de las coincidencias en lugar de romper por el 30 por ciento de las diferencias debe ser un mandato y no una opción de armado para quienes tiene responsabilidad pública.  La traición no se da a las líneas internas de un partido.  La traición se ejecuta cuando la frivolidad, el dinero y pequeñeces retrasan lo importante.  Y el peronismo de Tandil tiene mucho que pagar en este sentido porque ha perdido años y años de reparación.
La sombra de Macaya y los pequeños logros personales ya no pueden cubrir a tantos del sol abrazador de la derrota. 
 “Fue un hombre como cualquier otro, pero con una gran virtud, que con sus aciertos, tapaba sus defectos”. La cita vuelve a ser de Mouillerón.  Al peronismo de Tandil parecería ocurrirle algo parecido.  Sabe que hay mucho por transformar en esta ciudad de grandes brechas, sabe que hay un paraguas político nacional que hoy daría esas herramientas, está el interlocutor que tantas veces fue reclamado, pero sin embargo está empeñado en hacer galas de sus defectos y no de sus aciertos.
Juan Perone

martes, 11 de diciembre de 2012

Entrevista a Daniel Santoro “El peronismo nos constituye culturalmente”




Entrevista a Daniel Santoro “El peronismo nos constituye culturalmente”
El artista reflexiona sobre el rol planificador del peronismo y su cuestionamiento a la jerarquía del goce.
Daniel Santoro parece un vecino más del barrio de Monserrat. Almuerza en el restaurante de la esquina de su casa y en un típico día veraniego, cuando las extremas temperaturas obligan a refugiarse a la sombra, cruza la calle y se aprovisiona en el supermercado chino de enfrente.
Apenas traspasada la puerta de su estudio, queda claro que no es un vecino más de ese barrio. Una impresionante figura femenina realizada por su compañera María Pinto recibe a los visitantes con ojos saltones y enormes. Y cuadros de todos los tipos y motivos, que incluyen mapas antiguos y pinturas modernas allanan el camino a la planta alta, que se parece bastante al sueño de cualquier niño. Miles de playmobil, soldaditos y muñecos de los Simpson llaman la atención, tanto o más que los cráneos de animales y aves embalsamadas. Pero no tanto como la momia incaica encerrada en una vitrina. “Es falsa, sólo para impresionar”, se ríe Santoro, satisfecho con que el adorno cumpla con su objetivo primordial.
El artista, tal vez quien mejor haya representado al peronismo en el mundo artístico, invita a tomar asiento, ofrece un poco del brebaje sabor pomelo que hace instantes compró en el súper chino y se dispone a charlar con Tiempo Argentino.
–En una entrevista habló del goce capitalista del consumo como algo que no se concreta y lo relacionó con la idea peronista de ampliar los márgenes de consumo. Se desprende de su lectura que el peronismo es capitalista y que el movimiento es una permanente revolución que nunca se completa. ¿Es su deseo o su visión de la realidad?
–Tal vez sea una paradoja en un punto, pero es la doble condición del peronismo. El peronismo es la felicidad inmediata, por un lado. Por otro, como fue la voluntad de Perón y este gobierno, está la planificación, una mirada a largo plazo. Cambiar la estructura productiva, cambiar el sistema económico, por ejemplo, está en la idea íntima del peronismo. Por otro lado, aparece el acceso o la democratización del goce. Democratizar el goce capitalista sería una aplicación del peronismo en el corto plazo. La idea de la democratización del goce está en corazón de la acción social del peronismo. La que más aplica eso es Eva Perón, como un agente en lo inmediato. Es como una especie de justicia social absoluta: ella primero proclama la idea de estar en contra de la caridad, esa forma cristiana de apiadarse de los pobres. Eva rechaza esa idea y aplica la idea de justicia, de a los que nunca tuvieron nada, darles todo. De equilibrar los tantos. El que padeció en su vida de todas las privaciones va a tener todos los beneficios.

–Y cosas de calidad.

–Esa es una de las cuestiones, uno de los parámetros. Por eso, el tema de que a los pobres no hay que darles cosas de pobres, sino que la justicia es darles todo lo que les faltó en la vida. Hay ejemplos muy claros, desde la Ciudad Infantil hasta los chalecitos californianos, es hacer de los pobres consumidores de clase media, si se quiere. Ahí hay un gesto muy revolucionario que, algún punto, es el uso contra naturaleza de la idea misma del capitalismo. El capitalismo no está para la democratización del goce, sino que crea una especie de pirámide a través del consumo, de los logros, de los triunfos, de los individuos, logra establecer una jerarquía de goces. Y el peronismo viene a cuestionar esa jerarquía del goce y dice: “Todos van a gozar”.

–Y eso desata una fuerte irritación en algunos sectores…

–Hay varias cosas que suceden con esta nueva irrupción que produce el peronismo. Activa algo que analiza Lacan, cuando habla del fantasma neurótico del goce como un efecto que se podría parangonar al problema de la xenofobia. Se explicaría diciendo: “Alguien goza porque yo no puedo gozar”. Por ejemplo: “Hay un peruano que tiene trabajo porque yo no tengo trabajo”. Y ese fantasma lo agita en gran medida el peronismo.

–Y los cacerolazos…

–En los últimos cacerolazos que hubo, muchos hablaban afectados por ese fantasma neurótico del goce. “Yo soy de ese 50% que alimenta a ese otro 50% de vagos que no trabajan”, entonces la AUH agita también ese fantasma. “Se dedican a coger y demás. Están disfrutando y nosotros tenemos que padecer porque a esos negros les dan dinero por tener hijos”. Produce mucha angustia la posibilidad de ver a un negro que no trabaja y que no tiene dignidad para vivir en una casa y saber que de pronto va a ser feliz en un chalecito californiano que le correspondería a alguien de clase media. Para desangustiarse sólo tiene que pensar que el negro se va a gozar. Porque el goce tiene un aspecto de finitud, es acabar, es efímero. Pensamos que se va a comer la casita, la va a desmontar y va a hacer asado con el parqué y eso resulta tranquilizador.
Santoro comenzó a hacerse preguntas sobre el peronismo cuando escuchó una canción de la Guerra Civil Española. Se la había enseñado el cura Daniel de la Sierra, formado en el marxismo, a quien su congregación había enviado como castigo a la parroquia de Plaza Constitución. “Que los pobres coman pan y los ricos mierda, mierda”, decía la canción, bastante conocida. Santoro, hijo de italianos que emigraron de Calabria en 1947, no venía de una familia peronista. “No eran peronistas ni antiperonistas. Gente de clase media baja, como podían ser de Lanús o Pompeya. Y no querían saber nada de política porque venían bastante castigados por la guerra”, cuenta. Del cantito republicano no le llamó la atención el alimento destinado a los ricos, sino la comida deseada para los pobres. “¿Cómo qué los pobres coman pan? Eso era un problema. Ni siquiera hablábamos de pan dulce. Allí estaba el tema del sacrificio revolucionario. Aquello de ‘hacemos la revolución, sacrificamos varias generaciones y vamos a comer todos pan’. ¿Tanto sacrificio para comer sólo pan? Pero eso colisiona enormemente con la idea del peronismo. Trasladado a la Argentina, el país de la abundancia, sonaba absurdo, a demasiado poco. Porque la idea es comer bien. Proteínas de primera, bifes de chorizo y pan dulce. Pero no pan a secas”, dice Santoro y enseguida se insinúa el debate.
Un recorrido por la obra del artista, que se crió en el barrio de Constitución y ahora vive en una casa-estudio de la calle Luis Sáenz Peña, confirma su vieja obsesión por la discusión entre el peronismo y la izquierda. Su lectura es provocadora para el canon tradicional de las artes plásticas, dominada por la cultura de izquierda. “El peronismo es disfuncional para los intereses de la izquierda, porque instala la idea de que el pobre puede acceder a demasiado goce sin sacrificios”, desafía. Santoro es reconocido casi como un gurú que expresa en sus cuadros los sueños, las pesadillas y las contradicciones del peronismo. Es una de sus grandes pasiones. Otra de las paradojas del peronismo, reconoce Santoro, es que su acción, la movilidad social ascendente, expande la clase media y con esa expansión también crece el antiperonismo. Ese es uno de los grandes quilombos del peronismo. Porque su política real produce la expansión de la clase media. Pero el problema es que esos sectores, luego empiezan a ser antiperonistas. Empiezan a querer alejarse del origen y empiezan a ver al peronismo con cierto recelo. Quieren cortar la tradición y no permanecer ligados a un linaje de pobreza”, argumenta.
–Cuando hablaba del fantasma neurótico del goce, el fenómeno tiene su expresión cuando ídolos de los sectores populares acceden a un nivel de consumo y fortuna que no tiene la mayor parte de la clase media. ¿Ahí funcionaría pensando que se les va a acabar la plata?
–Es un negro que tiene un montón de guita y va a terminar mal, drogándose, tirado en la calle y gastándose toda la guita. Es la cosa entrañable que nos produce la película Gatica, el Mono, de Leonardo Favio. Esa inestabilidad del personaje nos identifica a todos. Eso de “Se nos dio la buena y ahora viene la catástrofe”. De todas formas, el fantasma neurótico del goce funciona con todos nosotros también, no estoy haciendo clasismo. El peronismo descree siempre un poco del largo plazo, a pesar de que Perón era un monstruo de la planificación y este gobierno también. Pero en el fondo de esto es donde nosotros, como generación, no pensamos que el capitalismo funcione realmente.

–¿Por qué?

–Porque si hay una planificación, también estaría implícito en eso que el capitalismo es bárbaro y va a funcionar bien. Entonces, aplicando ciertas políticas en el largo plazo, en el largo plazo se van a producir esos efectos que esperamos. Y, si vamos a ser sinceros y no la careteamos, todos desconfiamos de eso y tenemos muchos motivos para desconfiar de que en el largo plazo va a fracasar. Entonces, es mejor administrar el corto plazo. La idea del reparto es primordial en la acción del peronismo. La idea de felicidad que trae el peronismo es por el corto plazo, no por promesas a largo plazo.

–O sea que el peronismo descree. No es anticapitalista, pero tampoco cree mucho en el capitalismo.

–Exactamente. Como tampoco es comunista, pero tiene muchos gestos socialistas. Perón lo dice: “El peronismo es una forma de socialismo”, pero no cree mucho en lucha de clases. Eva Perón funciona como un alterego de Perón y aplica algunas de las cosas que Perón, por su acción política, no podía registrar. Por ejemplo la Ciudad Infantil, ubicada a donde está Alpi, que Eva tenía como uno de sus grandes logros. Una ciudad hecha en escala 1:2 para chicos huérfanos. Aprendían, por ejemplo, a hacer trámites bancarios y a manejar automóviles y vivían en chalecitos, todas cosas pensadas para generar pequeños burgueses. Eva no tenía en mente la lucha de clases. Quería enseñarles a los chicos más pobres lo que hacían los chicos ricos. Eso se torna intolerable, tener a un negro gozando al lado tuyo. Lo que no se bancan los blancos es tener a un negro en la carpa de al lado en Mar del Plata, tomando mate y gozando de la misma manera que vos. Tenés que manejar tu angustia: ¿qué hacen estos negros acá?, ¿por qué el Estado les paga sus vacaciones? Lo que produce el peronismo es un desorden en el corazón mismo del sistema capitalista. Si esa acción de Eva Perón estuviera en vigencia, ella se preguntaría a dónde van a gozar los blancos. Y algún asesor le diría “Punta del Este”, y ella no tendría ningún problema en hacer colonias en Punta del Este.

–Pero es otro país…

–Bueno, arreglaría con José “Pepe” Mujica, ahora que hay tan buenas relaciones. Y habría un revulsivo social enorme. Por eso es que el odio es sobre Eva Perón, no sobre el Che Guevara. Al punto de que el otro día hicieron en el PRO una remera que mezclaba al Che Guevara con Macri. Es un lindo emblema el Che Guevara para las clases pudientes, primero porque es uno de ellos. Y después plantea una revolución que está lejana, que es muy poco probable. En cambio, la revolución que plantea el peronismo es una revolución demasiado cercana, es el negro gozando en la carpa de al lado. Es mucho más jodido.

–Hace poco, la Iglesia sacó un documento en el que responsabiliza al gobierno por ese odio.

–Lo mismo que en el ’55. Los mismos argumentos. Cuando vos cuestionás el poder real, cuando salís de la pantomima de la democracia –porque la democracia es una especie de ficción: te entrego el poder porque te votaron a vos, que es un sillón, aparentemente… es una payasada–, cuando no te comés esa payasada y decís “Vamos a hablar del poder real”. Los poderes económicos, los poderes comunicacionales, que cuando te decidís a enfrentarlos te acusan de dividir a la sociedad. Si me decís que el pueblo está dividido, que hay un corte en la sociedad, entonces estamos en un problema, pero ¿es esa la división o es una división que pasa por los intereses de los poderes constituidos? No es una división en el interior del pueblo.

–¿Adónde se ubica el peronismo?

–El peronismo funciona entre medio de la izquierda y la derecha, nunca se entrega a ninguna de ellas. Desconfía de las dos. Y creo que toda acción política que da resultado desconfía de las dos posiciones, porque nadie puede ser completamente de izquierda o totalmente de derecha. Siempre hay una mediación, una necesidad de vacío que te permite el movimiento, la capacidad de maniobra. El peronismo nos constituye culturalmente, jamás lo pensaría como un partido político, para eso están los radicales, el partido justicialista.

–El peronismo es algo que atraviesa la vida cotidiana argentina pero, sin embargo, en la pintura está un poco ausente.

–La pintura está más capturada por los paradigmas de la izquierda, en la década del ’60 estuvo capturada por el Partido Comunista, entonces todo lo que tuviera que ver con el peronismo era visto como fascista, no era un lugar conveniente, los grandes pintores negaban al peronismo. De hecho, nadie pintó los bombardeos a Plaza de Mayo. Picasso pintó el Guernica y a nadie se le ocurrió hacer un Guernica nuestro. Hubo citas de todos los pintores respecto al Guernica, como Juan Carlos Castagnino o Antonio Berni, pero los bombardeos a Plaza de Mayo nadie los conectó. Habían bombardeado acá hacía pocos años pero, sin embargo, eso parecía un hecho de purificación casi. Habían matado 300 o 500 peronistas y eso parecía más un hecho de purificación que de barbarie.

–En su obra está muy presente la violencia asociada al peronismo. ¿Podría hacer una reflexión sobre la relación del peronismo con la violencia?

–Es un tema complicado, pero que está en el corazón del peronismo. El peronismo no es un movimiento de paz y su hecho fundante, si pensamos en de 17 de octubre, ese no es un reclamo pacífico, es un reclamo que implica una amenaza: vengo, meto las patas en la fuente y me vas a tener que atender, yo existo. Vienen unos negros a meterse en una ciudad de blancos… tal vez es parecido a lo piquetes. Algo estaba oculto y de repente irrumpe. El 17 de octubre intentan que los negros no pasen. El Riachuelo pasaba a ser un límite geográfico muy adecuado para evitar el traspaso a la ciudad de las masas de trabajadores, de las masas de desclasados. Y entonces, el 17 de octubre de 1945, se levantan los puentes: otro hecho simbólico. Y, sin embargo, los tipos cruzan como sea, a nado, y logran ingresar en la gran ciudad. Bueno, macanudo, se da esa situación y demás.

–En el ’55 quisieron borrar todo rastro de peronismo…

–Claro. Hay una foto muy interesante de las esculturas que estaban sobre el edificio que ahora es la Facultad de Ingeniería, donde en el ’55 iba a funcionar la Fundación Eva Perón, a punto de ser inaugurada al momento del golpe. Eran diez esculturas de mármol, de ocho metros de altura, muy grandes, muy lindas, bien talladas, que representan a “los trabajos”. La Libertadora fue una de las revoluciones más violentas que hubo en la Argentina, contando el bombardeo de la Plaza de Mayo y los fusilamientos, son cosas que nunca hizo el peronismo… ¿Y qué hizo la Libertadora tras el golpe? Tiraron las esculturas que estaban sobre el edificio de la Fundación Eva Perón, las arrojaron al vacío, como en gesto que representaba la toma de la ciudad justicialista, si se quiere. «

martes, 4 de diciembre de 2012

Vacaciones 2013: Adelantamos lecturas para el verano


Armando Poratti: un amigo de la sabiduría


por Jorge Bolívar
Armando Poratti era un filósofo, es decir, era, según la tradición griega, un amigo de la sabiduría. Fue también un amigo personal y además un amigo de la cultura y del pensamiento justicialista. Es decir, para mí, era tres veces amigo. Lo habíamos incluido en un ciclo de extensión universitaria dedicado justamente a los filósofos justicialista. Fueron doce clases que empezaron con Carlos Astrada y terminaron con Armando Poratti. Di la última clase con Armando vivo. Nos habíamos encontrado para conversar sobre la clase que yo iba a dar sobre él. Como ya acusaba un persistente y molesto dolor en su espalda, conversamos parados, ya que le resultaba casi insoportable hacerlo sentado. Pero, aún así estaba de buen humor. Le hice una broma común entre filósofos: -No tenés un poco de temor que tome como contenido de mi conferencia a tu pensamiento sobre La Comunidad Organizada. Me respondió. -Un poco, tengo miedo que me hagas decir lo que yo en realidad no pienso. -O, algo peor para un pensador -le respondí - que por celos profesionales te ningunee tus mejores reflexiones personales. Diez días después estaba dando el curso, pensando que se iba a poner contento cuando lo leyera. Había hecho un esfuerzo para serle fiel, aún en las cuestiones en la que yo tenía opiniones no siempre coincidentes. El 30 de Octubre Mario Casalla me llamó temprano para transmitirme la noticia de su muerte. Fue un golpe emocional para mí. Mi amigo de la sabiduría se había marchado sin conocer mi respetuoso reconocimiento a su trabajo, hecho que en general suele ser poco común entre intelectuales nacionales. Por eso convine con Alejandro Pandra la posibilidad de transcribir en la Agenda de Reflexión el material de la última clase, donde puede advertirse la honestidad y la profundidad de la lectura que Armando hace de un texto político-filosófico, sólo aparentemente muy conocido. Creo que el mejor homenaje que le podemos hacer a un amigo de la sabiduría es mostrarla y valorarla entre amigos.
Hoy vamos a hacer la última de las clases sobre nuestros filósofos justicialistas, y vamos a pensarlo a Armando Poratti. Sobre todo un texto que para mí es una notable introducción filosófica a la lectura de la Comunidad Organizada. Fue editada en una edición excelente que hizo el IMA y que incluía un disco donde escucha el fragmento que de dicho texto hace Perón en el Congreso de filosofía de Mendoza. Armando Poratti hace una introducción que enriquece mucho la lectura actual de ese texto que tiene ya muchos años y que algunos lo consideran ya obsoleto o fuera de época.
Comenzamos con una mención bibliográfica del autor que hoy tratamos. Armando Poratti fue profesor y doctor de filosofía en la UBA y en la USAL y profesor titular de Historia de la Filosofía Antigua en la Universidad Nacional de Rosario. También ha sido investigador del CONICET y de la Academia Nacional de Ciencias, especializado en temas de filosofía antigua sobre los que ha publicado numerosos artículos y varios libros; Dialogo, comunidad y fundamento. Política y metafísica en el Platón inicial, El pensamiento antiguo y su sombra, junto a Conrado Eggers Lan,Los filósofos presocráticos, Márgenes de la justicia, La filosofía política clásica, Esencialismo, simulacro y obscenidad en el discurso publico en la Argentina 1976-2002 Variaciones del habla. Ha sido miembro de la Asociación de filosofía Latinoamericana y Ciencias Sociales. Fue organizador y Secretario ejecutivo de los Encuentros Nacionales de Pensamiento Latinoamericano en San Luís en 1988 y en Paraná en 1989.
Me parece enriquecedor para cerrar este ciclo de pensamiento de filósofos justicialistas, trabajar su análisis de La Comunidad Organizada que tiene un titulo interesante: “Texto y gesto”. En este enfoque él va a trabajar como tres grandes cuestiones divididas en capítulos. Voy a seguir capitulo a capitulo su relectura, porque eso los va a ayudar a ustedes a ir acercándose al nudo de la cuestión, que nos permite ver como un pensador se va a acercando al pensamiento central de Perón.
Los tres primeros capítulos, son: el primero “Filosofía, política y proyecto histórico”, y está relacionado con el protagonismo del Congreso de Filosofía de Mendoza. El segundo capitulo es “El pensamiento mestizo en América latina” y el tercero “Filosofía y proyectos en la Argentina”.
Los tres segundos: el cuarto es “La filosofía y el momento de La Comunidad Organizada. El quinto es “La política y la filosofía en la segunda mitad del siglo XX y La resignificación de La Comunidad Organizada y el sexto es; “La filosofía en la comunidad desorganizada”.
Los tres capítulos de la parte final son los más sustanciales. Tienen que ver con “Comunidad y organización en el pensamiento de Perón”, con “Las grandes líneas de La Comunidad Organizada” y con “La tercera posición”.
En el comienzo Armando subraya lo que serían los textos fundamentales o básicos, no sólo de la creación del peronismo, y por tanto del pensamiento justicialista, sino, de aquellos textos que Perón nos recomendaba a nosotros todavía en el exilio. Esos tres libros básicos eran justamente, “La doctrina peronista”, que en realidad es una selección de discursos de Perón. Después están las clases que diera a dirigentes del movimiento conocido como “Conducción política“. Por último está “La Comunidad organizada“.
La Comunidad Organizada“; dice Armando, es el único texto, trabajado, leído, que tiene una estructura de texto filosófico y además de un texto filosófico cerrado. Además subraya una cosa muy cierta: los libros de Perón y los textos de Perón, aún el texto de La Comunidad Organizada, son siempre momentos de una acción. Es un estratega el que piensa y actúa mientras escribe o habla. El “monumental” Congreso de Filosofía- como lo califica Poratti-, pensado nacionalmente, se convierte en mundial y en uno de los más importantes de la historia en la materia. Vienen y participan en él o mandan sus escritos los más grandes pensadores de la época, a los que se suman los argentinos en un alto número. Era un momento muy particular, el momento después de la guerra, donde había un predominio de ideas pesimistas, que habían dejado las tremendas matanzas y el vivir en ciudades bombardeadas y semi-destruidas.
Poratti anota que la presencia de Perón en el Congreso no fue un acto casual. Perón conocía el poder de la filosofía y sobre todo sabía para que hay que usarlo, esto es fundamental. Por eso mismo sabia, no con la cultura filosófica académica, pero si, en un sentido profundo, qué es la filosofía y para que sirve. Ya que no hay duda que sirve; gran parte de las transformaciones del mundo histórico han provenido de ideas filosóficas.
De manera que toda esta existencia de un saber, de una actitud de buscar sabidurías profundas en las crisis del mundo han sido parte nuclear del juego de las filosofías. Hegel tenía una metáfora muy conocida. Cuanto más grande es la oscuridad de la historia son los filósofos los que se sienten obligados a levantar su vuelo en la noche. En la metáfora los filósofos eran como las lechuzas, levantaban el vuelo en la noche como el mítico búho de Minerva.
Cita por ejemplo a Evita en “Historia del peronismo” quien decía que lo que le interesa a los pueblos son los hombres extraordinarios ¿Y quienes eran privilegiadamente los hombres extraordinarios? Los conductores políticos y los filósofos. Hay una relación entre saber y poder. Este saber-poder es hoy el centro de las lecciones de Michel Foucault y de casi todos los pensadores actuales. Aparece también muy tempranamente en el pensamiento del joven Perón, en su carácter de profesor de estrategia militar. Lo que anota Armando Poratti es que Perón sabía que al clausurar el Congreso de Filosofía con un texto filosófico, estaba realizando algo profundamente original; es decir, no hay antecedentes de presidentes que se metan en un Congreso de Filosofía a participar en un pie de igualdad con los filósofos. Esto es para él lo notable.
El gesto que vale tanto como el texto.
Era una forma de mostrar la relación entre el poder latinoamericano y el saber latinoamericano. Perón entreveía con claridad que nuestra región, nuestro continente, era un continente que demandaba su filosofía. Había tenido grandes precursores, pero era necesario profundizar en ese camino.
El segundo capítulo también es importante. Se titula “El pensamiento mestizo”. Acá hay una subrayado. Poratti reconoce que La Comunidad Organizada como texto es ambiguo. Se inscribe además en un continente que tiene cierta ambigüedad filosófico-lógica porque tiene raíces profundas que no han sido expresadas filosóficamente y porque tiene influencias de Europa y de la América del Norte. Por ejemplo, el liberalismo, la ilustración, los socialismos, procuran convertirse en política entre nosotros. Pero esos saberes vienen de pueblos que han tenido un saber de élite que América latina no ha tenido. Y dice una cosa ingeniosa: “El príncipe americano no tiene consejeros americanos”. En Europa había “un cielo de ideas” que venía de Grecia, después de Roma. Después de la modernidad y del Renacimiento. Los príncipes americanos no tienen ese cielo de ideas. Es decir: cuando llegan al juego del saber-poder, del tener que transformar, del tener que construir mundos gobernables, se encuentran que en realidad no tienen Maquiavelos. No hay Maquiavelos que escriban para el príncipe americano, que es un príncipe geopolítica y culturalmente diferente de los florentinos, de los alemanes, de los franceses, de los ingleses.
Estima Poratti que el filósofo gobernante es un desafío que se puede rastrear en América Latina, Nuestra región muestra varios hombres que han tenido esta responsabilidad doble. Hicieron a la vez de realizadores y también crearon teorías prácticas que mostraron su sustento filosófico.
Nos advierte incluso la dificultad del gran filósofo europeo para advertir la presencia y la posibilidad de protagonismo de nuestra región. El sujeto europeo moderno tiene una línea: Descartes, Kant y después Hegel. Hegel es el espíritu absoluto, y no sólo es el espíritu absoluto, pues también valora y se ocupa del espíritu objetivo. El espíritu objetivo es el mundo político. Entonces Hegel intenta, cuando justamente deifica al Estado, es decir, convierte al Estado en un nuevo Dios, hacer un puente notable entre el espíritu objetivo y el espíritu absoluto. Ahora, lo que es evidente es que ese espíritu absoluto, ese espíritu absoluto hegeliano, atendía en Europa y más precisamente las casa matrices estaban en Alemania, en Francia y en Inglaterra. De manera que no era un espíritu absoluto que tuviera demasiado que ver con nosotros.
Por eso mismo cuando esa totalidad espiritual piensa el fin de la historia convertida en ciencia, la ve más que nada en la América anglosajona. Pero a Latinoamérica como “tierra del porvenir la ve como una página en blanco”.
Poratti insiste; en nuestros pueblos los grandes hombres de acción han sido, regularmente hombres de pensamiento. Y esto es justamente por el carácter mestizo de nuestro continente. Es decir, no pudieron ignorar las categorías occidentales, pero a su vez estaban obligados a agregarle otras y a pensar otras, que a veces puede ser calificadas como inferiores porque no tienen toda esa historia atrás ni “ese cielo de ideas”. Mas, en cuanto uno las analiza en profundidad, puede verificar hasta que punto están cargadas de presencia, de identidad, de proyectos, de porvenir. Proyectos que a medida que la crisis de Europa se va consumando uno puede advertir que eso que al principio se veía como inferior puede convertirse en novedoso, en emergente, en superior.
Poratti aclara algo muy sabido por todos nosotros: el pensamiento europeo se realiza en dos frentes, que en la práctica conforman una unidad: uno es la apropiación técnica de la naturaleza y otra es la apropiación del territorio, los recursos, los mercados y la fuerza de trabajo de los pueblos naturales, esto es, no europeos. Es decir, lisa y llanamente el colonialismo y el imperialismo. El espíritu objetivo termina siendo imperialista y colonialista.
Pero hace un subrayado de interés con relación a lo anglosajón en América. La diferencia que hay entre este pensamiento dominante europeo, centralizado, y de considerable magnitud en muchos sentidos, es que cuando incursionó en Asia y en África lo hizo desde el modelo de la factoría y de la colonia, pero en cambio “Europa comprometió su sangre en América y lo hizo según dos modelos; el proceso colonizador en América del Norte se lleva a cabo con exterminio y sustitución de la población. En gran parte de esos territorios la fuerza de trabajo la consiguieron con los esclavos, los negros”. En cambio, en los territorios conquistados por los países ibéricos por el contrario “tuvo lugar una integración étnica, por cierto que bajo el ejercicio mezquino y rapaz del poder” Agrega que aunque muchas veces el encuentro entre el conquistador y la india no fue un abrazo de amor sino más bien una violación, el hijo quedaba, era población, fuerza de trabajo. “Más allá del dato meramente étnico, la noción misma de mestizaje con su carga ambigua de conjunción de diferencias, resultó la categoría cultural, histórica y filosófica fundamental de Iberoamérica.
También es interesante su afirmación que dice que para pensar esta riqueza y esta dificultad latinoamericana no sirve pensarla dialécticamente. América proviene genéticamente de verdaderas diferencias, no es la síntesis de opuestos antagónicos y que no son “sino escisiones de lo mismo”. Por eso el nuestro constituye un espacio de “síntesis no dialéctica”, es una “síntesis originaria”.
Esto va a tener importancia, reténganlo, cuando él analice el contenido de La Comunidad Organizada. Escribe: “la categoría básica del pensamiento de Perón es la Comunidad Organizada, desde aquí puede verse la profundidad americana de sus raíces. La Comunidad Organizada es la búsqueda de un equilibrio, de una armonización de fuerzas entre elementos distintos, que en el plano sociológico son los diferentes sectores sociales. En el combate de clases europeo, los obreros alemanes tienen la misma raíz étnica que los burgueses alemanes. Por eso, para Poratti, las categorías sociológicas liberales o marxistas no dan cuenta de los fenómenos americanos. En Latinoamérica lo que está en juego no son meras clases, sectores o intereses. Lo social está profundamente imbricado en elementos culturales, étnicos e históricos”
Perón piensa la Comunidad Organizada como un suceso de naturaleza diferente. Poratti, profundo conocedor de la filosofía antigua, encuentra en el líder justicialista una influencia de la polis griega originaria. La polis, dice Armando, “es la gestión de esos conflictos desde la conciencia de la unidad política”. La polis griega, en realidad, no fue ningún paraíso; tuvo momentos de plenitud, pero se encuentra llena también de conflictos terribles. Mas lo que Poratti destaca es que el griego fue un pueblo que pensó sus conflictos desde la unidad política, que no es lo mismo que pensar los conflictos desde la separación, desde la oposición y desde el puro antagonismo dialéctico.
De manera que para Armando cuando Perón plantea desde la Comunidad Organizada esta cuestión, sabe que nuestra realidad de vastas y complejas diferencias exige un pensamiento mestizo; un pensamiento mestizo que tiene la necesidad de colocar en el centro de su pensamiento, estratégicamente, a la conciencia de la unidad política.
El capítulo siguiente no es menos interesante: “Filosofía y proyectos en la Argentina”. En el estado de madurez de la Europa hubo una especie de entramado muy profundo entre la gran Universidad y los proyectos nacionales o imperiales de esos Estados nacionales. Vuelve a Hegel, que es un punto de referencia de ese juego, de Universidad y Estado. Me viene a la memoria también un ejemplo notable que fue cuando Heidegger asume el rectorado de la Universidad. Esa decisión para Heidegger fue fatal posteriormente, pero marcaba la lucha de poder que tenía ser rector de esas universidades prestigiosas. Poratti subraya que “en la Universidad de Berlín o en las universidades napoleónicas se piensan los proyectos nacionales o imperiales de los estados.”
Aprovecha allí también para referirse al debilitamiento de este espíritu grande de la filosofía con relación a los proyectos nacionales que se ha ido viendo en Occidente en las últimas décadas.
Él analiza a continuación la situación en Hispano-América. Desde las universidades de la corona española, donde se desarrollaba una enseñanza escolástica con mas accesos de pensamiento moderno, científico y político del que usualmente se cree, como en la mítica Universidad de Charcas que fue en buena medida la Universidad de los emancipadores. Luego la generación de Mayo, la de la Independencia y la de la generación del 37, “producen algunos momentos brillantes de pensamiento”. Le sigue el positivismo del Proyecto del 80. Pero “ni el romanticismo ni el positivismo podían ser filosofías académicas. Es una filosofía viva que irriga la vida pública y genera instituciones e ideologías. Pero todavía no es la Academia.”
Al final de este capítulo, Armando va a exponer la escena que prepara la llegada del pensar justicialista. Tanto él como Mario Casalla han trabajado la idea de la “normalidad filosófica” enseñada por Francisco Romero. ¿Cuál era el objetivo de la “normalidad filosófica?” Era un programa cuyo objetivo se limitaba a ponerse académicamente al nivel de Europa. Como resultado de esta política universitaria, afirma Armando, “la filosofía se establece sólidamente como actividad universitaria a la vez que el filósofo renuncia a su función política”. Aparece así la figura del filósofo profesional, participa de la vida pública en tanto que ciudadano, “pero no en tanto que filósofo”.
Esta filosofía profesional que estudiaba a Descartes como si estuviera en Francia y a Kant como si estuviera en Alemania va a ser subvertida por la irrupción del peronismo y de un saber justicialista que exige del pensador otra conducta. Es el momento de que aparezcan los tres capítulos filosófico-históricos siguientes: “la filosofía y el momento de La Comunidad Organizada,el primero. Aparecen filósofos como Carlos Astrada, Luis Juan Guerrero y Carlos Cossio, entre otros, por ejemplo, que comienzan a hacer escuela sobre un filosofar argentino. En los momentos del Congreso de Filosofía de Mendoza de 1949 “puede entreverse la puesta en marcha de una filosofía académica en diálogo crítico con Europa y capaz de acompañar la emergencia de un Proyecto Nacional como el justicialista”.
En esos años había una intensa disputa entre un pensamiento católico o cristiano personalista, de ligazón teológica, con las nuevas corrientes existencialistas que tenían como centro a Heidegger, y que también se abrían en diversas líneas, unas más ateas como la de Sartre, otras más deístas como las de Gabriel Marcel. Armando afirma que los debates del Congreso fueron “apasionados” y, que, a su juicio, terminaron “con un triunfo de la corriente existencialista”.
Poratti reconoce con honesta actitud crítica que si bien La Comunidad Organizada es el punto obligatorio de cualquier lectura de la obra de Perón, “como texto de filosofía resulta insatisfactorio”. tanto para los legos como para los especialistas. En una entrevista en Madrid, el creador del justicialismo reconoció que el texto contenía demasiadas citas y demasiados debates entre filósofos que oscurecieron sus ideas fundamentales sobre las que venía trabajando, en particular desde 1944. De manera que hay decisiones de Perón que contrariaron las aspiraciones de los más tomistas y escolásticos, al presentar un texto que según la opinión de Poratti se “mueve en los marcos históricos laicos” propios de la época. Además para Armando, a pesar de los críticos que dicen que el texto se configura en la lógica del “discurso prestado”, las ideas fundamentales son claramente de la autoría del creador del justicialismo: La comunidad organizada, la norma ética, la tercera posición, son claramente de su autoría. En el Congreso Perón lee solamente los últimos capítulos del texto. “El capítulo XVII marca la cesura, que permite a su vez detectar cambios en la marcha del texto y en cierta medida en el estilo.”
Hay toda una lectura de Sarmiento y de Alberdi, sobre todo de Alberdi, que en la universidad de los ‘70 fue importante en el movimiento universitario. Esta época retomará el desafío de pensar filosofías que había lanzado Perón y el Congreso de Filosofía de 1949. Se nota un esfuerzo de los filósofos de la liberación nacional, para pensar a los pensadores nacionales y a sus líderes políticos con sus categorías mestizas, porque gran parte del juego de la filosofía es pensar cuestiones nuevas sobre el piso o el fundamento de categorías antiguas. Hay todo un círculo virtuoso allí.
De manera que la tarea de pensar del pensador es un juego de gran importancia, sobre todo si el pensador esta atado o ligado a un proyecto de Nación, es decir, si expresa ese vinculo que une a la filosofía con la política.
Poratti reconoce que “esta Academia en ciernes, que en poco más de un lustro puso bases sólidas para un pensamiento a la vez nacional y estrictamente filosófico y que, como tal, puso a la Argentina en el diálogo internacional, es hecho abortar por el golpe del 55. Sus representantes principales son cesanteados y no volverán nunca a la cátedra. En realidad no volverán nunca de un exilio interior al que son condenados de por vida y aún en forma póstuma a juzgar por el “ninguneo” que siguen padeciendo medio siglo después.”
Armando trata a continuación, “Política y filosofía en la segunda mitad del siglo y la resignificación de La Comunidad Organizada“. Esto también es importante porque lo que él va a subrayar es que ese texto y ese Congreso de Filosofía ocurrieron en un momento histórico donde se verifica un viraje muy grande con relación, tanto a la experiencia del poder, como a la experiencia del filosofar y, mas aún, a la experiencia de la praxis, es decir a la convicción que teoría y práctica deben ir juntos. Después de esa cumbre, de ese punto alto, hay un descenso, no sólo en la Argentina, sino también en el mundo.
Poratti insiste en su consideración general: “Perón en tanto estadista y conductor, tiene algo que bien puede llamarse filosofía; no espontánea, sino largamente meditada, una concepción sobre el hombre, la naturaleza, la historia, el Estado, el poder y las relaciones con la trascendencia, que va a desarrollar -oralmente y por escrito- sobre todo en los años del exilio y del retorno”.
En 1949 Perón estaba fundando la necesidad y la importancia de la práctica de la teoría filosófica y para eso necesitaba ubicarse en el marco teórico adecuado. “La primera eficacia deLa Comunidad Organizada reside en su valor de gesto, esto es en la posición de la filosofía como base de una acción de gobierno y de una institucionalización de un proyecto, en forma explícita y publica”. Recordemos que el subtítulo de esta introducción a la lectura de La Comunidad Organizada es justamente: “texto y gesto“.
Para Armando, el viejo Perón advierte que la acción del pensamiento se aleja de la vida de los pueblos. Es un suceso que década a década se lo puede apreciar en toda su dimensión.
Menciona después el pasaje al mundo bipolar que desplaza a Europa del lugar central y comienza otra mirada histórica. La filosofía se salva como actividad especializada, pero cada vez más internacionalizada.
La universidad popular del proyecto del ´45 queda trunca, casi nonata por el golpe del ´55. Esa Universidad que llegó inclusive a tener universidad obrera, se mutila. Todo ese cambio de concepción de la relación, no sólo del filósofo con los problemas políticos de la Nación, sino también de la tarea de la Universidad con relación a la práctica de los trabajadores, se licua.
Armando estima que el discurso de 1949 tiene un efecto a largo plazo también sobre la filosofía propiamente dicha. Es decir, si bien puede ser visto como un texto que no tiene totalmente un carácter de perfección filosófica, sirve a la filosofía latinoamericana; y le sirve porque dentro de la dispersión comprensible de la conciencia de la marginalidad, surge también la posibilidad de un cambio geopolítico mundial y de un porvenir esperanzador para ella.
En el ‘73 vuelve a haber un vuelco dramático. La Universidad queda en manos de las corrientes peronistas de izquierda. Dentro de ellas y con sentidos diversos “el peronismo es el marco obligado de la discusión”. Perón es invocado de ángulos distintos y a veces contradictorios. La filosofía de la liberación y la filosofía latinoamericana se institucionalizan en esos años y provocan una “labor filosófica de avanzada”, que hace que las universidades reorientadas se conviertan en centros para la revitalización de viejos y nuevos proyectos.
Este vuelco dramático replantea la cuestión de la filosofía en los procesos de cambio a la par “de la obsesiva cuestión de la existencia y de la originalidad de un pensamiento latinoamericano”. También plantea la función alienada y alienante de la filosofía imperial y de la filosofía eurocéntrica y también propone tratar el tema de la dependencia.
Si bien Poratti con su profunda honestidad reconoce que esa filosofía de liberación tampoco tuvo el necesario vuelo, y ahí encuentra que fue mayor quizá la influencia paralela de la Teología de la Liberación, igualmente estima que fueron dos sucesos que contribuyeron a retomar la cuestión que estaba en juego.
Después viene un capitulo, que lo voy casi omitir, que se llama “La filosofía en las comunidades desorganizadas”, porque son los momentos terribles de la dictadura en los que todos los participantes de alguna discusión filosófico-política que tuviera que ver con el poder popular corrían realmente riesgos de exilio o de muerte.
Después, analiza brevemente como fueron los ejes teóricos y filosóficos de la reconstrucción de la democracia. A su juicio Alfonsín instala un eje político y teórico ligado a la socialdemocracia europea, pero no obtiene comprensión de su condición de posibilidad, que son las nuevas condiciones globales del capitalismo y “la masividad planetaria de las nuevas formas del poder”..
Y aparece una serie de cuestiones ligadas al tema de la globalización financiera, del ingreso de Internet, y de cómo la actividad filosófica no pudo evadirse de este asfixiante panorama globalizador.
Para Poratti el pensamiento crítico ha sido desactivado por la obscenidad del poder contemporáneo. Se bifurca entre una cierta derecha filosófica que ejerce una visión pesimista del mundo y un progresismo que cae en la moral o alivia su impotencia con bellos gestos y bellas palabras. Armando constata “que no hay un pensamiento a la altura de los fenómenos actuales”. Anota finalmente que “la actualidad periodística ha sobrepasado a la filosofía”, acallando a los claustros universitarios donde en los siglos XVIII-XIX, estuvo la gran matriz de los proyectos de las naciones y también de los imperios.
Los tres capítulos finales contiene lo que para mí es la parte más valiosa de esta lectura de Armando Poratti sobre el texto de Perón, porque aporta una mirada muy valiosa para el capítulo de las vigencias y las herencias del Proyecto de la Justicia Social y del propio justicialismo como filosofía de vida.
Lo que va a tratar Armando Poratti de enseñarnos aquí es todavía cierta vitalidad fundamental que habita en un texto para algunos ya superado porque dicen que ya no hay “tercera posición”. Geopolíticamente existiría actualmente una sola. Él nos va demostrar que todavía hay en este texto fundante cuestiones filosóficas que no han perdido su sentido y su vitalidad práctica.
El capítulo séptimo se llama: “Comunidad y organización en el pensamiento de Perón”. El capítulo IX del texto peroniano une “en un arco” la guerra hobbesiana de todos contra todos y la noción marxista de la lucha de clases, y Poratti cita al líder justicialista cuando dice: “no existe probabilidad de virtud, ni siquiera asomo de dignidad individual donde se proclama el estado de necesidad de esa lucha que es por esencia abierta disociación de los elementos naturales de la comunidad”. Acá estamos viendo a un Perón que tiene la idea que las confrontaciones o las luchas por el poder, si son de una magnitud extraordinaria, disocian la comunidad. Es como si hubiera un fondo, un manantial comunitario en los pueblos, que la disociación deteriora o destruye.
Yo escribí en mi libro Estrategias y juegos de dominación una frase que tiene que ver para mí con este juego: “El símbolo organizativo de la comunidad es la fraternidad y el símbolo organizativo de la sociedad es el poder”. De manera que hay una cuestión entre fraternidad y poder, y entre comunidad y sociedad que está viva en la reflexión del texto de Perón.
Poratti reflexiona así la cuestión. Dice: “comunidad es una palabra donde aparece privilegiado lo común, lo que tenemos en común, lo que compartimos. Sociedad en cambio, viene de socio, que en la antigüedad eran los aliados militares y modernamente son los aliados comerciales, gente que está separada y que se junta sólo a fines de atacar o defenderse o bien a fin de obtener lucros”. Hace notar que en la sociología alemana de fines del siglo XIX e inicios del XX, dos pensadores, Ferdinand Tönnies y Max Weber le dieron a estas palabras un sentido técnico muy preciso; “La comunidad es orgánica, tradicional, natural, espontánea, se corresponde en líneas generales con el mundo precapitalista. La sociedad en cambio, es artificial, mecánica, reflexiva, calculadora, es paradigmáticamente la sociedad capitalista con su racionalidad propia”.
Aquí encontramos un hallazgo importante de Armando al abordar el tema. Estima que cuando Perón habla de “comunidad organizada” no es porque quiera volver al pasado. No es un pensamiento reaccionario. Quiere proyectarse al futuro pensando en la dignidad de los pueblos. Si para la sociología europea en general, comunidad y sociedad resultan términos opuestos y excluyentes, esto no es así para Perón. Para él sociedad y comunidad no son conceptos excluyentes sino que más bien son organizaciones complementarias. La época y América los hace complementarios. No se puede volver atrás, no se puede hacer una comunidad pura, pero tampoco se puede aceptar una sociedad que disocie los elementos naturales de la comunidad, que destruya la fraternidad entre los hombres.
De manera que la tarea de organización de Perón, del pensamiento estratégico de fondo de Perón, que es organizar este juego doble entre comunidad y sociedad, es armonizarlos; armonizar a la comunidad con la sociedad y a la sociedad con la comunidad. Es un pensamiento realmente superior y novedoso. También es valiosa para mí la lectura que hace Armando de esta cuestión, porque en realidad rara vez ha sido un tema pensado con esta profundidad, como él la enseña.
También estima que la organización y la unidad social no pueden ser el resultado de acuerdos presentes, ni la actualización de un ser nacional originario que siempre estaría desgarrado sino que sólo puede ser el resultado de un proyecto, es decir, para él, para que tenga vida esta unión posible entre sociedad y comunidad es necesario un proyecto nacional. Nuevamente reaparece uno de los temas obligados del pensar justicialista, pero en otra encarnadura orgánica.
Él menciona además un texto del ´51, donde Perón dice; “La comunidad organizada es un juego donde está un gobierno, un Estado y un pueblo, (unidos en lo básico en una tarea común). Orgánicamente cada uno debe cumplir una misión vinculante. Hay que establecerla y organizarla para cumplirla. La finalidad la marca la doctrina, encarnada en el alma colectiva de la comunidad. Las formas de ejecución corresponden a la teoría, ambas son expresadas respectivamente en la constitución de 1949″ Y Perón agrega; “A la organización del gobierno y del Estado ha de seguir la del pueblo”. El justicialismo concibe así la “comunidad organizada” como una especie de sistema de poder, pero que contiene socialmente y que al hacerlo no destruye el elemento fundamental de la fraternidad. Evita así la disociación. Agrega: “Concibe al gobierno como el órgano de la concepción y planificación, y por eso es centralizado, al estado como organismo de la ejecución, y por eso es descentralizado, y al pueblo como un elemento de acción, y para ello también debe estar organizado”.
Existe un discurso de Perón bastante conocido al que se lo suele llamar como el de “las organizaciones libres del pueblo”, donde afirma: “El pueblo para tener libertad debe también organizarse” y organizarse afuera del estado. Subraya bien Armando aquí la diferencia organizativa esencial entre el peronismo y el fascismo. El fascismo cree en el estado totalitario. Nada afuera del Estado, dice Mussolini. El peronismo, al contrario, critica al Estado totalitario, al Estado “fáustico”. Por eso favorece la creación de sindicatos con poder propio. Tienen que ser organizaciones de los trabajadores, no del Estado, para que puedan participar del sistema de poder de la “comunidad organizada” armónicamente.
Acá continua un párrafo que también es importante subrayar. “Organizado” no es un concepto aislado en Perón. Forma parte de una estructura cultural con el correspondiente nexo con el de “conducción política”. Él siempre decía; “tenemos que organizarnos”; pero cuando Perón decía organizarnos no lo decía tanto desde el punto de vista material, sino, lo decía desde el punto de vista mental, cultural; porque si el pueblo se pone inorgánico, es decir, no comunitario; es decir, si se disocia, es muy difícil gobernarlo.
Perón repetía: no se puede gobernar lo inorgánico. Entonces, la conducción política es organización de lo organizable. De manera que hay una tarea político-cultural donde el pueblo libre tiene una importancia enorme.
Cuando más organizado culturalmente está un pueblo, más fácil es para el conductor político realizar un proyecto nacional junto con él.
El capítulo que sigue también es muy importante, se llama “Las grandes líneas de la comunidad organizada” y acá también hay subrayados hechos por Armando Poratti de notorio interés.
Perón señala en primer lugar “la degradación de la filosofía” como auxiliar de la vida comunitaria. Proceso que desde la mitad del siglo pasado no ha dejado de acrecentarse. También subraya como una deriva histórica negativa que “el progreso técnico no haya sido acompañado de un correspondiente progreso moral”.
Más adelante aparece una cuestión central en el pensamiento de Perón, que es el referido a la cuestión de la “norma” que es un tema que nunca ha resultado fácil de abordar, incluso para sus seguidores. Para Poratti se presenta con “un aire de verdad metafísica”. De las grandes verdades puede deducirse una “norma”, “una pauta última que es la clave de la articulación de un cuerpo social, de la organización de la comunidad, justamente, y que permite un criterio para regular y orientar la vida social y la operatividad política del conductor”. Creo que Armando logra una interesante comprensión para el tema que a veces es difícil de captar. Uno puede decir: donde hay norma común que regule la vida de un pueblo hay normalidad. Esto es muy claro. Norma y normalidad son términos que permiten pensar una situación social armónica. Pero es importante entender que para construir una norma, que como dice Perón no es una ley y tiene un fuerte contenido ético comunitario, la misma es imposible realizarla políticamente en forma exclusiva “desde arriba. De allí el valor que le otorga a la creatividad inmanente del pueblo y a sus organizaciones libres, al papel del pueblo no en tanto masa, sino en tanto constructor de culturas fraternas y vinculantes.
Perón pensaba que a pesar de la situación mundial tan compleja que ofrecía el fin de la guerra, había un hombre más libre y con una conciencia más capaz y esto permitía buscar nuevos equilibrios y también, digamos, nuevas políticas prácticas.
Armando señala una cuestión vital de este proceso de conformación de una normalidad. Dice para Perón, antes que la redistribución de la riqueza propiamente dicha era necesaria una “redistribución de la dignidad”. Esto me hizo acordar cuando mi padre hablaba de lo que fue el Estatuto del peón de campo. El Estatuto vino antes que los aumentos de salarios y antes que las vacaciones pagas. Era necesario que el peón de campo dejara de ser considerado como una especie de esclavo o de siervo feudal de los estancieros y tuviera un pleno respaldo en su actividad desde el punto de vista del reconocimiento de su importancia dentro de esa revalorización general del trabajo hecha por el justicialismo. La idea de “redistribuir dignidad”, piensa Armando, es la antípoda del asistencialismo, que es lo que tratan de hacer tanto Perón, como Evita. Se suele tomar al peronismo como si hubiera sido un puro asistencialismo eficaz. Como enseña Poratti debería vérselo básicamente como una redistribución de la dignidad del trabajador. Hay un texto de Nimio de Anquín que fue uno de los mayores filósofos justicialista que afirma: “La autoconciencia del hombre argentino basada en la sacralidad del trabajo es la obra mayor de Perón y de Evita”.
En el espíritu filosófico de la “tercera posición”, no se condena al comunismo en nombre del capitalismo, tampoco se condena al capitalismo en nombre del comunismo, sino que se condena a ambos como manifestaciones de una concepción de la vida basada en la confrontación, en el odio, en la disociación de lo comunitario. Son concepciones que han perdido toda comunicación con la fraternidad.
Toma él una frase de Perón que dice; “La libertad, la que ha atendido el proceso histórico moderno, no se sostiene sin la base ética que culmina en la política, el camino de esta realización ética es la corrección del egoísmo”. Una ética que pueda ocupar un lugar junto a la política tiene que ser una ética de extraordinaria importancia cultural y social. Tiene que ser básicamente una “norma ética” que esté mucho más allá de las cambiantes decisiones jurídicas.
Y Armando subraya con mucha lucidez que finalmente lo que Perón termina haciendo carne en el pueblo es una “norma ética” poderosa: la “justicia social”. Previo al paso del justicialismo por el gobierno. A muy pocos le parecía injusto que no hubiera justicia social. Después de 1955 ya no fue así y la norma ética argentina se convirtió en un valor y en un criterio popular para juzgar la acción de los sucesivos gobierno. Antes de la llegada del peronismo, la gente pobre, creía que la pobreza era obra del cielo. Después que pasó la gobernabilidad peronista todos se dieron cuenta que en medida muy significativa, la pobreza era obra de los malos gobiernos. Es decir, la idea de justicia social no existía en la Argentina como norma ética. Se adquiere justamente a partir de este juego filosófico y metafísico que une a la comunidad/sociedad con su organización.
Abordamos finalmente el último capítulo del ensayo de Armando Poratti, lleva el título clásico que identifica muchas veces al justicialismo que es la “tercera posición” y que sirve de conclusión a esta introducción filosófica a la lectura de La Comunidad Organizada, y aparece entonces la “tercera posición” que, estima Armando, es generalmente trivializada por consignas de momento. La gente decía: ni yanquis ni marxistas, peronistas; era una cosa ni, ni.
Nadie se atrevía a considerarla como una alternativa superadora, de las ideologías y formas de vida de uno y otro bloque. Pero, en realidad, no era un oportunismo histórico, sino que era una opción con un trasfondo filosófico preciso. Y aquí también se revela, digamos, como Perón trabajó estos temas ya desde al año 1944 públicamente. En la Doctrina Peronista, varias veces Perón insiste en que tanto el individualismo extremo, como el colectivismo extremo son formas que dificultan la vida comunitaria de los pueblos, la disocian.
La idea de “tercera posición” para Armando, era una línea ligada a la idea de la evolución, que el último Perón va a desarrollar en una filosofía de la historia que ya aquí está anunciada. Cita al Perón que dice: “Lo que nuestra filosofía intenta establecer al emplear el término armonía, es cabalmente el sentido de plenitud de existencia. Al principio hegeliano de organización del yo en el nosotros, apuntamos la necesidad de que ese “nosotros” se realice y perfeccione en el yo”.
Este es un tema vital para comprender al justicialismo. Perón estima que el individuo, para acceder a la plenitud de esta organización comunitaria y a su vez también societaria, que no elude las cuestiones materiales ni los conflictos por ellas provocadas, alcanza su punto más alto cuando aprende a engendrar y a crear en lo colectivo. Pone la elección de su ser libre en engendrar en lo colectivo. De manera que el perfeccionamiento del individuo se opera en una tarea comunitaria. Esto lo saben bien algunos artistas populares, también algunos dirigentes sociales y algunos sacerdotes. Hay gente que entiende que su tarea es social y la vive con alegría; es decir, la vive como una experiencia realizadora, no la vive como una experiencia empobrecedora.
De manera que ese engendrar en lo colectivo, esa perfección del yo en el nosotros, es un alma también del justicialismo como la norma ética. Creo que esta bien subrayar estas cuestiones para la comprensión más acabada de una cultura justicialista.
El tercerismo de Perón expresa una posición geopolítica de los años 50, pero, como sabemos los justicialistas, expresa también una posición filosófica. Ha sido muy popular en el campo internacional. Los argentinos no terminamos de saber cuán valorada fue por los pueblos de la negritud y por los países del Tercer Mundo en general esa visión estratégica de Perón que enseñaba, a través de la tercera posición, a no alinearse con ninguno de los dos grandes imperios. Los norteamericanos y los soviéticos con ambiciones de ampliar sus espacios de poder. El capitalismo donde gobiernan de hecho los más ricos y el comunismo donde sólo tienen autoridad los burócratas de la Nomenklatura. Perón les advierte que procuren salir del conflicto entre los dos nuevos imperios nacidos al término de la Segunda Guerra Mundial.
Esa guerra fría, sólo va a ser fría en los territorios de EE.UU. y Rusia, pero va a ser caliente en los pueblos del Tercer Mundo si la adoptaban como propia. Perón enseña el no-alineamiento, y lo enseña quizá prematuramente, porque estaba muy solo en ese momento posbélico. Pero el no-alineamiento fue una gran bandera mundial. Cuando se constituye en Belgrado el Movimiento de Países No Alineados a comienzos de la década del 60, con el Pandit Nehru, con Sukarno, con Mao, con Tito, llegan en multitud los países descolonizados a las Naciones Unidas. Si nosotros no vivenciamos integralmente esa experiencia tranformadora mundial era porque unos años antes Perón había sido derrocado por una dictadura militar y en el país se ocultaba o reprimía a la cultura justicialista que iluminó con su geopolítica ese gran proceso histórico.
Fíjense ustedes una cosa que también es interesante, ayer murió Eric Hobsbawm, sin duda un historiador extraordinario. Ahora, yo he leído la historia de Hobsbawm del siglo XX; en esa historia no figura como hecho trascendente y anticolonialista mundial la creación del Movimiento de los Países No Alineados, en Belgrado. Ese suceso que fue fundamental y que terminó dando vuelta a las naciones unidas con 77 naciones nuevas, que ya no eran coloniales, para el historiador marxista inglés no fue tan importante. Esta también es la diferencia a veces de saber en qué mundo uno vive, en qué lugar, en qué geopolítica, o a qué geocultura, diría Kusch, uno expresa existencialmente.
Vayamos ahora al núcleo del último capítulo. Se encuentra en esta frase de Perón, quizá la más conocida de todo el texto de La Comunidad Organizada.
“Nosotros somos colectivistas, pero la base de ese colectivismo es de signo individualista y su raíz es una suprema fe en el tesoro que cada hombre por el sólo hecho de existir representa”.
Aquí con gran precisión filosófica Poratti nos indica que, en general, se ha pensado esto como si fuera una síntesis dialéctica. Bueno, son un poco colectivistas, es decir socialistas, pero son también un poco individualistas, es decir, liberales. Mal cabe aquí, afirma Armando, aplicar una síntesis dialéctica. Para él, Perón piensa más bien, en el “termino medio aristotélico” basado en la inteligencia de salir de los dos extremos, pero no concediéndoles valor dialéctico. Queda muy claro lo que marca Poratti. No es una síntesis dialéctica, porque en realidad los dos extremos son equivocados; no son buenos. Si uno sintetiza dos cosas malas no saca una buena. Un término medio aristotélico es otra idea.
La otra cosa que queda por tratar y que Armando también la va a subrayar, es la cuestión de la democracia. En ese momento de pesimismo posbélico Perón salía de “el hombre es una pasión inútil” de Sartre y veía a la democracia como un punto de esperanza y de realización colectiva para el ser humano. Leemos en La Comunidad Organizada: “El problema del pensamiento democrático del futuro está en resolverlos a dar cabida en su paisaje también a la comunidad, sin distraer la atención de los valores supremos del individuo; acentuando sobre sus esencias espirituales, con las esperanzas puestas en el bien común.”
Y más adelante: “lo trascendental del pensamiento democrático, tal como nosotros lo entendemos, está todavía en pie, como una enorme posibilidad en orden al perfeccionamiento de la vida.”
Esto es significativo porque Perón no tenía la idea de que la democracia liberal era el fin de la historia. Era un tránsito. Había que seguir perfeccionándola sin cesar; y jugar a ese perfeccionamiento era para él una tarea que le daba al hombre un sentido histórico trascendente, en una época donde predominaba el sentimiento de que el ser humano no tenía sentido. Esa revalorización de la democracia, pero no como un punto final, sino como una etapa que está en proceso de permanente transformación, permitía pensar que desde el lejano prólogo griego de la democracia directa, estamos en una afirmación de una democracia, representativa, indirecta, pero que debe ser permanentemente perfeccionada.
Armando va a terminar su estudio con una elección interesante. Él selecciona los dos párrafos que más le han gustado de todo este texto. Son los siguientes:
“Nuestra comunidad, a la que debemos aspirar, es aquella donde la libertad y la responsabilidad son causa y efecto, en que exista una alegría de ser, fundada en la persuasión de la dignidad propia. Una comunidad donde el individuo tenga realmente algo que ofrecer al bien general, algo que integrar y no sólo su presencia muda y temerosa.”
Y este otro párrafo; “La justicia no es un término insinuador de violencia, sino una persuasión general; y existe entonces un régimen de alegría, porque donde lo democrático puede robustecerse en la comprensión universal de la libertad y el bien general, es donde, con precisión, puede el individuo realizarse a sí mismo, hallar de un modo pleno su euforia espiritual y la justificación de su existencia.”
Armando Poratti termina escribiendo: “lo que queremos subrayar aquí es la aparición de la palabra alegría, dos veces en una sola pagina; “alegría de ser”, “régimen de alegría”.
Él dice; por sobre el rostro ceñido y cada vez más siniestro de la historia de las políticas imperiales contemporáneas, esta convocatoria a la alegría que está en el texto de La Comunidad Organizada, nos retrotrae a una sabiduría de Jauretche, sabio él también, que tiene que ver con la época en que vivimos. Decía Jauretche: “El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Hay que combatir por el país alegremente porque nada grande se puede hacer con la tristeza.”
Creo que esta introducción filosófica a La Comunidad Organizada con la que terminamos nuestro ciclo de pensadores y filósofos justicialistas, es un texto muy rico que permite advertir todavía cuanta fuerza y cuanta sabiduría política hay todavía en estas páginas que tiene más de sesenta años de existencia. Poratti nos invita a valorar el gesto de Perón, el gesto de asumir una filosofía liberadora que esté ligada a un Proyecto Nacional y también ahora Sudamericano. Creo que este es un buen término para nuestro curso de filósofos justicialistas.
Jorge Bolívar

Fuente: Agenda de Reflexión

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